En América Latina, mujeres crean grupos para combatir el
acoso callejero
X Bia Rodrigues
Perú, Chile, Colombia y Brasil ya tienen iniciativas que
piden el fin de los piropos y del asedio sexual en espacios públicos. La frase
“usar un espacio público no hace que mi cuerpo sea público” muestra lo que
reivindican las mujeres.
Desde muy pequeñas, las mujeres pasan por situaciones de
acoso en las calles y en otros espacios públicos o privados. Por mucho tiempo,
las iniciativas contra ese tipo de situación fueron pocas y siempre esfuerzos
individuales, pero cada vez más surgen grupos que luchan contra esto en
diversos países. Actualmente, Perú, Chile, Colombia y Brasil ya tienen iniciativas
que piden el fin de los piropos y del asedio sexual en espacios públicos. La
frase “usar un espacio público no hace que mi cuerpo sea público” muestra lo
que reivindican las mujeres.
Para eses grupos, los piropos y el asedio que la mujer
enfrenta cotidianamente no permite que las mujeres disfruten los espacios
públicos de la misma manera que lo hacen los hombres. El asedio se puede
entender como un conjunto de acciones cotidianas, “como frases, gestos,
silbidos, sonidos de besos, tocamientos, masturbación pública, exhibicionismo,
seguimientos (a pie o en auto), entre otras, con un manifiesto carácter sexual”,
explica la socióloga peruana y fundadora de “Paremos el acoso callejero”,
Elizabeth Rocío Vallejo Rivera. Además, esas acciones revelan relaciones de
poder de género, puesto que las realizan hombres contra mujeres desconocidas.
“No se trata de una relación consentida, sino de la imposición de los deseos de
uno por sobre los de la otra”, agrega Vallejo Rivera.
La iniciativa peruana fue la primera creada, en 2011.
Vallejo participó de un concurso de responsabilidad social de profesores de la
PUC Perú y su propuesta fue la ganadora. Según ella, “Paremos el acoso
callejero” surgió “frente al vacío de información y propuestas sobre el tema.
Se trataba de un tema cotidiano y real, pero, pese a eso, no había ninguna
investigación ni proyecto al respecto en Perú”.
Vallejo tuvo financiamiento para empezar las actividades en
2012 y, el año pasado, pasó a recibir apoyo de algunos municipios peruanos.
Cuando empezó, participó de diversos programas en los medios de comunicación
peruanos e internaciones para hablar sobre el tema.
En 2013, “Paremos el acoso callejero” abrió un mapa en una
plataforma virtual, Datea, para registrar los
casos de asedio. Las víctimas de este tipo de violencia pasaron a registrar
relatos sobre lo que sucedió y clasificaron el asedio en 13 categorías, desde
silbidos hasta masturbación pública. Este año el grupo organizó la primera
semana de América Latina contra el acoso callejero, un iniciativa del grupo
norteamericano “Stop Street
Harassment”.
El grupo peruano inspiró mujeres en otros países, como en
Chile y en Colombia. En noviembre de 2013, un grupo de sociólogas chilenas crió
el “Observatorio contra el Acoso
Callejero Chile” (Ocacchile). “La iniciativa empezó porque creímos
necesario visibilizar este problema como una forma de violencia de género no reconocida
en el país”, explica María Francisca Valenzuela, una de las fundadoras de
Ocacchile.
Desde su creación, la página en Facebook ya tiene más de 24
mil seguidores, y es en la red social donde el grupo cuenta sus historias.
“Además de nosotras enviar mensajes claros, ya sea a través de actividades o
fotografías, lo realmente importante es mostrar cómo las personas dan cuenta de
lo violento que es el acoso callejero en el diario vivir. El mejor proceso para
crear conciencia es dar un espacio para que las personas que fueron víctimas o
estén de acuerdo con la causa se sumen”, resalta Valenzuela.
En marzo de 2014, el grupo inició una campaña contra el
acoso que sufren las estudiantes chilenas. Las fotografías de estudiantes
vestidas con sus tradicionales uniformes son acompañadas por relatos.
La versión colombiana. El Observatorio contra el Acoso Callejero
Colombia (Ocaccol) fue creado recientemente con la ayuda de los grupos de Perú
y de Chile. El grupo es formado por una socióloga, una pedagoga, una psicóloga,
una filósofa, una trabajadora social y una directora de cine y TV. “Primero
escribimos a los observatorios de Perú y Chile para saber un poco más del
asunto y tener una idea de cómo organizarnos acá. Nos parece fundamental
visibilizar el acoso callejero como una práctica que es sistemática y
naturalizada por muchos, que afecta negativamente a muchas mujeres y que además
es una violencia cotidiana a la que no se le presta mayor atención, incluso
muchas veces se ve justificada socialmente”, destaca la socióloga de Occaccol
Natalia Giraldo Castro, que actualmente cursa una maestría en estudios de género
en la Universidad Nacional de Colombia.
El grupo colombiano pretende realizar debates en espacios
públicos para explicar cómo el asedio en las calles es un tipo de violencia.
“El acoso, contrario a lo que muchas personas consideran, es indeseado por la
gran mayoría e impide que el disfrute y tranquilidad de los espacios públicos
pueda darse”, afirma Castro. Para ella, no se puede esperar una acción de
gobierno para enfrentar ese tipo de violencia. “La acción gubernamental sigue
limitada y no trabaja conjuntamente con otras formas de trabajo; las acciones
en contra de las violencias de género no son una expectativa de gobierno. (…)
Ahora nos preocupa qué podemos hacer como colectividad para y con la gente,
para que se dé una construcción colectiva desde diferentes sentires y puntos de
vista para empezar a luchar contra el acoso callejero”, explica la socióloga.
Durante toda esa semana, los grupos peruano, chileno y
colombiano realizan la Semana Internacional contra el Acoso Callejero. “El
grupo Stop Street Harassment, de Estados Unidos, incentiva que durante las
jornadas se realicen actividades contra el asedio sexual en las calles;
después, ellos organizan todo en una revista virtual y publican lo que pasó en
la semana en el mundo”, detalla Valenzuela, de Ocacchile. La programación
semanal se puede consultar en sus respectivas páginas de Facebook.
Campaña brasileña. En Brasil, dos movimientos creados por
periodistas trabajan para concientizar la sociedad sobre este tipo de
violencia. La iniciativa más reciente es la de la periodista Nana Queiroz, a
raíz de una investigación surgida la semana pasada sobre la tolerancia social a
la violencia contra las mujeres, publicada por el Instituto de Pesquisa
Aplicada (IPEA). Según la investigación, que entrevistó 3.810 personas, 26%
(lea aclaración de este dato en el final del reportaje *) de los entrevistados
están de acuerdo total o parcialmente con la afirmación: “mujeres que usen ropas
que muestran el cuerpo merecen ser atacadas” y 58,5% están de acuerdo total o
parcialmente con "si mujeres supieran comportarse, haberia menos
violaciones".
Fue entonces que Nana Queiroz publicó una mensaje en
Facebook con una foto enfrente al Congreso Nacional sin camiseta y con la frase
“No merezco ser estuprada” (violada) escrita en el cuerpo, convocando a una
protesta en la red social. Y logró que 44 mil personas adhirieran a la causa.
Hombres y mujeres escribieron para la periodista para contar sus
historias de abuso y subieron foto en la página del evento.
Sin embargo, la campaña también recibió críticas. Un joven
hasta subió una foto en la página del evento diciendo: “ya he violado y violaré
nuevamente”. La periodista fue amenazada. “Tuve una noche agitada. Creí en la
investigación de IPEA y experimenté en la piel su furia. Hombres me escribían,
amenazando violarme si me encontraban en la calle, mujeres deseando que fuera
violada”, dice Nana en su página de red social.
En este lunes (31), la presidenta Dilma Rousseff expresó su
apoyo a la campaña. “La periodista Nana Queiroz se indignó con los dados del
estudio de IPEA sobre el machismo en nuestra sociedad. Por su manifestación en
las redes contra la cultura de violencia contra la mujer, la periodista fue
amenazada de violación. Nana Queiroz merece toda mi solidaridad y respeto”,
escribió la presidenta en su cuenta personal en Twitter.
Pero fue en el segundo semestre de 2013 que el movimiento
contra el asedio sexual en las calles pasó a ser más conocido, con su encuesta
“Chega de Fiu Fiu” ("Deja de silbarme"), promovida por el sitio Think Olga de la periodista Juliana de Faria,
conjuntamente con la periodista Karin Hueck, el segundo semestre de 2013. El
estudio mostró que 99,6% de los 7.762 participantes de la pesquisa ya fueron
asediadas; 98% de los asedios ocurrieron en la calle y 64% en el transporte
público.
Fue un caso muy divulgado en la prensa brasileña, que
involucró a la participante del programa Pânico, de TV Bandeirantes, Nicole
Bahls, y al director de teatro Gerald Thomas, lo que incentivó que la
periodista empezara la campaña “Chega de Fiu Fiu”, inicialmente con la
producción de material ilustrativo contra la intimidación. En un capítulo del
programa, el director, durante una entrevista, coloca una mano debajo del
vestido de Bahls. Mientras que muchos apoyaron al director, otras personas
clasificaron el acontecimiento como asedio sexual y violación.
“Hace ocho meses, colocamos los dibujos en el sitio y ya son
virales. Después, abrimos una página para que las mujeres contaran sus
historias y mostraran que esas situaciones no pueden ser consideradas normales
ni parte de la sociedad. La tercera fase fue la encuesta junto con Karen. Casi
ocho mil mujeres contestaron. Los resultados fueron chocantes, pero no una
sorpresa para cualquier mujer que anda en la calle”, advierte Faria.
La cuarta fase de “Chega de Fiu Fiu” tiene previsión de
lanzamiento en la primera quincena de abril. Es un mapa colaborativo del
asedio, así como el mapa del grupo peruano. “La idea es que vea el mapa y
participe con su historia o con una que presenció. Si sufre un asedio, puede
hacer un reclamo en la policía, aunque muchas veces las mujeres son
desestimuladas por la propia policía para no hacerlo. La inclusión de casos en
el mapa va a ayudarnos a determinar las áreas más críticas y entender el
motivo. En el mapa, tenemos varios tipo de violencia, como el asedio verbal o
físico, intimidación, homofobia, estupro, racismo”, cuenta la periodista.
Para Faria, hoy la sociedad está más abierta para discutir
el asedio sexual. “Cuando empezamos la campaña, sufrí muchas críticas y
amenazas, de violación incluso. Sin embargo, como sociedad ya estamos
discutiendo el asedio de manera más clara y directa. Es necesario esperar el
cambio, actuando para que ocurra”, concluye.
*El Instituto de Pesquisa Aplicada (Ipea) corrigió los datos
de la investigación este viernes. Al princípio, fue divulgado que 65% de los
entrevistados estaban de acuerdo total o parcialmente con la afirmación:
“mujeres que usen ropas que muestran el cuerpo merecen ser atacadas”. Pero, en
realidad, el dato correcto es 26%.
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Fuente: América Economía
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