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PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

martes, 28 de octubre de 2014

CHILE, VALPARAÍSO: CAMINATA SILENCIOSA Y DECLARACIÓN CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES Y LAS NIÑAS

 
Las violencias machistas contra las niñas: la opresión silenciosa y silenciada.
Enviada X Carolina Lafuentes

Cuando nos referimos a la violencia machista, las niñas suelen estar ausentes del discurso y las imágenes, a pesar de la evidencia existente tanto a nivel mundial como nacional.

En muchos casos la violencia comienza desde el momento de su nacimiento. Efectivamente decir: “es una niña” puede constituir la causa de su muerte temprana. Así por ejemplo en Asia, al menos 60 millones de niñas han “desaparecido” debido a la selección prenatal del sexo, el infanticidio o el abandono.

También ellas constituyen la primera mayoría cuando hablamos de abusos sexuales infantiles. Las investigaciones hablan que en todo el mundo el 20% de las mujeres sufrieron abusos sexuales durante la infancia, mientras que en el caso de los hombres este tipo de violencia ronda entre el 5 al 10%.

Más de 64 millones de niñas  a nivel mundial son víctimas de matrimonios forzados. El matrimonio infantil provoca embarazos prematuros y no deseados, por lo que pone en peligro la vida de las niñas y adolescentes. Y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, las complicaciones asociadas al embarazo son la principal causa de muerte entre niñas y adolescentes de 15 a 19 años de edad.

En el mundo, aproximadamente 140 millones de niñas han sufrido la mutilación genital femenina.

La trata de personas con fines de explotación sexual se convierte en una trampa para millones de mujeres y niñas, que pasan a ser esclavas en plena era moderna. Las mujeres y niñas representan el 98% de las personas que son explotadas sexualmente contra su voluntad (ONU).
En Chile, desde Enero hasta Junio de 2014 se registran 9.986 denuncias por  violencia sexual, un 66% corresponde a abuso sexual, mientras que un 32% a violaciones y un 2% a pornografía infantil. La violencia sexual ocurre frecuentemente en los hogares o es cometido por algún familiar  o persona cercana a la víctima (84.7%)[1][i].
Del universo de las denuncias que señala el estudio “perfil de los agresores”, el 70 % identifican a menores de edad como víctimas, el 96% de las víctimas son niñas el 31% tiene entre siete y trece años.

El promedio de niñas y niños asesinados fue de 57 durante el 2013, cantidad muy cercana a los femicidios, que son habitualmente difundidos por los medios de comunicación. Esta violencia es preocupante en la región de Valparaíso y extrema en las regiones de Arica y Parinacota, Aysén y Magallanes.

El Estado no se ha hecho cargo de la situación de violencia contra las niñas y niños del país ni del abuso sexual infantil. El año pasado hubo 22 mil denuncias solo por delitos sexuales contra niños y niñas, lo que significó un aumento en un 22% en relación al año 2012 y en lo que va de este año ya tenemos un aumento de un 17% con respecto a los delitos sexuales cometidos contra niñas y niños el año pasado.
Creemos, se debe descartar en el análisis de los delitos sexuales el mito del “loco” o “enfermo” para definir a los agresores. “Estos sujetos no necesariamente han vivido una infancia violenta ni se sienten atraídos con exclusividad, o de manera principal, por niños/as, sino que suelen aprovechar las ocasiones que se les presentan para realizar los abusos”2.
Por tanto, se descarta la presencia de trastornos graves o alteraciones del juicio que expliquen la comisión del delito, por lo que deben ser considerados plenamente imputables ante la ley.
Según un estudio realizado por el Ministerio Público el 2011, los agresores “pertenecen al entorno social de las víctimas, son familiares directos o cercanos o mantienen una relación con sus familias.
Estas cifras son sólo una pequeña muestra de las violencias machistas que sufren las niñas. Y la raíz profunda de la violencia contra las mujeres tiene su raíz en las desiguales relaciones de poder entre hombres y mujeres.

Es importante entender que la violencia machista es manifestación de una discriminación social, de una estructura social desigual y opresiva contra las niñas y las mujeres.

Esta estructura social desigual o patriarcado descansa en los mitos, roles y estereotipos de género, los que se aprenden desde la primera infancia. Producto de esta socialización las niñas se identifican, por regla general, en roles de sumisión respecto de lo masculino y los niños toman posiciones de superioridad como género “privilegiado”. Esta socialización se aprende en la familia, escuela y medios de comunicación.

Para los medios de comunicación “las mujeres continúan encerradas en un contexto que generalmente las reconoce como objetos de placer o como sujetos domésticos. Las mujeres son acosadas y culpabilizadas, convertidas en responsables de la suciedad de la casa o de la ropa, del deterioro de su piel y de su cuerpo, de la salud de los niños y niñas, y de la limpieza de sus partes íntimas, del estómago de sus maridos y de la economía de su hogar. En la oficina o en la cocina, en una playa o en la ducha, todo depende de su aliento, el realce de su sostén o el color de sus medias” (Ramonet).

En la Escuela se presta menos atención a las niñas, se les dirige menos la palabra y los elementos tradicionalmente considerados como característicos de la cultura femenina se encuentran devaluados, ausentes o marginales en los saberes que se transmiten (Brullet y Subirats).

Vemos como estereotipos, mitos y roles de género, tienen como consecuencia la desigualdad entre los sexos y se convierten en agentes de discriminación, impidiendo el pleno desarrollo de las potencialidades y las oportunidades de cada persona.

Respecto de las niñas las privan de su autonomía, limitando su dignidad e impidiendo una vida libre de violencia(s), en definitiva impidiendo una vida en libertad.

Ellas que difícilmente pueden expresar en alto su voz, nos acompañan esta tarde. Hoy nuestro silencio expresa la rabia ante las violencias machistas que sufren las niñas.

Marchamos porque ellas deben ser visibilizadas, su dolor, su rabia, su silencio…Hoy marchamos por su libertad y su autonomía.

¡¡¡ NI UNA NIÑA MENOS, NI UNA MUERTA MÁS !!!
Colectiva La Huacha Feminista, Valparaíso





[1] Datos obtenidos a través de la Fiscalía, Ministerio Público de Chile.
2 Ministerio Público (2011). Unidad de Delitos Sexuales de la Fiscalía Nacional






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