Silvio Rodríguez: Uno no es ni famoso, ni exitoso, ni ningún
oso
X Leandro Estupiñán Zaldívar/ALAI, América Latina en
Movimiento
“¿Tú no eres Juan Triana?”, pregunta Silvio Rodríguez con
unos papeles en las manos cuando tomamos asiento. Su interrogante me deja
pensando, porque Juan Triana es el nombre de quien fuera mi profesor de
Problemas de la Economía Cubana, un eminente y popular economista desde que sus
conferencias dieran la vuelta a Cuba como aquellas carreras de bicicletas,
aunque gracias a la solidaridad de los cubanos que nos hace ir pasando de
memoria flash en memoria flash una información cuando parece relevante.
Me quedo pensando porque las entrevistas son como las
sesiones en el espiritismo. Uno invoca algo, que evidentemente debe ser el lado
más sincero del entrevistado, y según estado anímico y circunstancia así serán
las respuestas.
Lo había esperado con un libro de Ricardo Piglia en las
manos, tumbado en un asiento en el fondo del lobby del hotel Pernik donde se
hospedaba junto a su esposa, la clarinetista y flautista Niurka González.
Silvio Rodríguez viajó hasta el oriente del país para cantar en tres pueblos distantes
de la cabecera provincial, siguiendo así el propósito de ofrecerle su música al
público más desfavorecido, ese que habita zonas marginales, lo cual no implica
solo la conceptualización sociológica del término. En el hotel también
descansan los músicos de Trovarroco, tres excelentes guitarristas villaclareños
que junto al percusionista Oliver Valdés confieren en los últimos tiempos otra
sonoridad a su obra.
Al verlo, me pongo de pie y lo saludo. Responde amable
estirando el brazo y lo primero que se impacta contra mi visión es el famoso
tatuaje de la rosa y la calavera que se hiciera entre el pulgar y el índice de
la mano derecha en los que fueran días trascendentales a bordo del Playa Girón.
El trovador, nacido el 29 de noviembre de 1946, en San Antonio de los Baños,
viste jeans y pulóver azul turquí con bandera cubana sobre el lado izquierdo
del pecho. Suele llevar ese tipo de prenda, quizá para dejar claras muchas
ideas que con solo ver una bandera cubana vienen a la mente. Ando sin
fotógrafo, pues no quiero interrupciones en el diálogo.
Le advierto que carezco de cuestionario. Aborrezco las
entrevistas preconcebidas. Me parecen interrogatorios policiales. Mi estilo es
el de la gente común, prefiero conversar pese a los inconvenientes de la memoria.
-Mejor, asiente él.
También debo ser sincero y le ofrezco otro dato.
-Ni siquiera debía entrevistarlo, le digo algo inquieto,
pues al fin y al cabo es una confesión: De la gente a la cual uno ha admirado
su obra más vale permanecer lejos, pues ocurre un poco como el poema: No debe
volverse a los lugares adonde se ha sido feliz.
Las canciones de Silvio Rodríguez me ha hecho feliz muchas
veces. Estoy habituado a ellas desde la temprana adolescencia, cuando con
entusiasmo empecé a escucharlo a él, y a Pablo Milanés, y me hice seguidor de
la Nueva Trova y por ende de la trova tradicional y de todo cuanto se les
relacionara. Más de un tema suyo me ha propiciado fuerzas para enfrentar un día
problemático, aunque después ciertos comportamientos del hombre me llevaran a
revalorizar al artista.
-Lo que pasa es que siempre hay curiosidad, indica luego de
mi lamento
Lo ha dicho con calma, en ese tono en que le he escuchado
tantas veces, bien al llegar al escenario y luego de ubicarse en la banqueta donde
cantará, bien ante colegas de todas partes que hacen lo mismo que yo intento
ahora: Conocer un poco más su mundo interior, empresa compleja si se tiene en
cuenta que a lo largo de su carrera debe haber escuchado todas las preguntas
posibles, debe haberse encontrado a entrevistadores inimaginables.Coloca sobre
una mesa la pequeña grabadora con micrófono que me quedo mirando.
(Leonardo Estupiñan Zaldivar) LEZ -¿Graba sus
conversaciones?
(Silvio Rodríguez) SR -Las suelo grabar de hace un tiempo
para acá.
LEZ -¿Le han tergiversado muchas veces?
SR -Me gusta tener un registro. A veces me han tergiversado,
bastante. No me parece que vaya a ser el caso. Me ha pasado más bien fuera de
Cuba, en algunos lugares. También aquí me ha pasado. Me ha pasado incluso que
han querido hacer un libro gente que tiene pensado irse del país. Han querido
hacer un libro y me han hecho una cantidad de preguntas, nos hemos visto varias
veces y de pronto han desaparecido y han aparecido en otro lado queriendo
publicar el libro...SEGUIR LEYENDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario