El negocio de la vida humana
X Carlos Fuentes Bolaños & Rafael A.Ugalde Q.: Costa Rica/ Barometro Internacional
Cuando Kathryn Butuceanu, novia de 49 años externó
en Facebook su deseo de procrear, pero tenía impedimento por la edad,
caímos en cuenta sobre los polos tensionales a que está sometida la ciencia, la
ética, el mercado, los negocios etc., en cuestiones de la vida humana y
la seguridad social, tan arrinconada últimamente en las naciones
latinoamericanas. Butuceanu, sin querer, nos recordó la contradictoria
Conferencia de Pekín sobre la mujer de la ONU, en 1995, cuando se abogó
para que el aborto fuera una realidad para el 2015 entre los
miembros de Naciones Unidas. La Federación Internacional Paternidad
Responsable, introducida en el organismo mundial con voto preferente y
vinculante en materia poblacionales desde 1952, había ganado y la Corona
británica lograba, de cierta forma, legitimar las hambrunas en India, su
antigua colonia, donde ésas eran “naturales” y “necesarias” para mermar
la ayuda financiera a los necesitados hindúes (ver: Enrique Vargas Soto;
La Nación 16/7/14), ratificando además el principio aquel de que en la vida
sobreviven los más fuertes y poderosos, en un mundo todo distorsionado y
relativizado por los mercados y los negocios .
La ética, por tanto, en cuanto a la vida humana, no queda al
margen, a pesar que nuestra Sala Constitucional, como pocas en América Latina,
ha desarrollado con claridad meridiana a partir de cuándo entendemos hay
vida humana y la misma es inviolable como máximo bien jurídico. Mas, sin
embargo, la pregunta de fondo respecto sobre la fecundación in
vitro (ver: http://www.reproduccionasistida.org/
el-proceso-de-la-fecundacion-in-vitro/#) emana en relación con el derecho
innegable de las parejas de tener una familia y el deslindar este derecho
de otros derechos surtidos de las fuerzas del comercio, del
conocimiento, las necesidades financieras, los negocios y los
efectos que tendrían en la seguridad social de cualquier país que concibe esta
técnica indiscriminadamente y conceptualizada dicha seguridad
social como un interés jurídico colectivo por encima del particular. En
los momentos actuales hay que decir que el turismo médico alrededor del mundo
cumple un rol importante para las personas que añoran hijos bajando los precios
de la fecundación en los países del llamado tercer mundo, respecto a los
cobros que se hacen en naciones como Estados Unidos, España, Francia, etc.
En España “el coste de una FIV en un centro privado,
va según el número de intentos, siendo cada intento alrededor de 12.000 euros
(al 20 de julio de 2011), incluyendo exámenes, procedimientos y medicamentos.
En la seguridad social no tiene costo”. (Ver más:
http://capsulas.informativas.over-blog.es/article-definicion-precios-fecundacion-vitro-espana-85809325.html.)
En Estados Unidos los honorarios para un solo ciclo de
FIV abarcan costos de medicamentos, cirugía, anestesia, ecografías, exámenes de
sangre, procesamiento de óvulos y espermatozoides, almacenamiento y
transferencia de embriones. El costo total exacto de un solo ciclo de FIV varía,
pero puede equivaler a más de $ 12,000 a $ 17,000”.
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish /ency/article/007279.htm,
consulta del 16-7-14)
Actualmente para abaratar costos algunos especialistas
utilizan supuestas donaciones de óvulos en países pobres como Rumania y
una vez fertilizados son llevados de vuelta a los EEUU, reduciendo gastos
sustancialmente, lo cual incluye suficientes óvulos fertilizados para
varios intentos.
El asunto es prometedor para esta “industria” si
consideramos que la gran mayoría de americanos que son infértiles buscan ayuda
cerca de su hogar. Un pequeño número, sin embargo nadie lleva un registro
oficial, está buscando ayuda en lugares como Sud África, Israel, Italia,
Alemania y Canadá donde los costos son muchos más bajos.
Están transformando el turismo médico en turistas de
fertilidad por el mismo precio de un ciclo de FIV en USA, pues el
paciente puede hacerse el tratamiento en Ciudad del Cabo, tener
unas hermosas vacaciones al mismo tiempo y aun así llevar dinero de regreso. La
pregunta es: ¿está en capacidad la seguridad social de cualquiera de estas
naciones de enfrentar el negocio? ¿Qué controles reales existen para que
el interés privado no desplace el interés colectivo de los asegurados dentro de
la seguridad social por el interés particular y los jugosos honorarios? Se
omite, por el momento la otra, discusión de fondo, relacionada con la técnica
del FIV, respecto a la vida humana, los depósitos de células madres y el
tráfico de tejidos. Lo cierto de momento es que Kathryn Butuceanu ya fue
mamá después, eso sí, de pagar $ 72 mil.
Fuente: Semanario Universidad
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