Declaración Casa Autogestionada de Mujeres del Ngullumapu
Enviado X Verónica Zegers Balladares
¡Basta de imposiciones morales y religiosas avaladas por un Estado que viola
nuestras vidas y nuestros cuerpos!
Adolescente con riesgo de salud y denunciada por aborto clandestino
- niña de 11 años obligada a ser madre por un embarazo producto de
violación:
Como Casa Autogestionada de Mujeres del Ngullumapu,
queremos hacer presente nuestra preocupación y repudio por situaciones de
maltrato, abuso y violación de derechos que afectan a dos niñas en su condición
de mujeres frente a expresiones de la violencia estatal y patriarcal en sus
diversas y más duras manifestaciones, especialmente en aquellos derechos que
atañen directamente a sus vidas y a su salud sexual y reproductiva.
La primera, corresponde a una grave situación que
afecta a una joven de 16 años de la ciudad de Victoria de la Región de la
Araucanía, quien al realizarse un aborto en la clandestinidad - corriendo
graves riesgos en su vida y salud - llega al hospital de Victoria en búsqueda
de atención médica. Hoy, además de su grave estado de salud, la joven es
enjuiciada públicamente y denunciada por tomar una decisión que requiere de una
vez por todas un trato humanizado por parte del Estado; violando con ello el
decreto ordinario A-15 1675 de 2009 del Ministerio de Salud, que
obliga la confidencialidad médico – paciente , y la no
judicialización de los casos de mujeres que llegan a centros de salud para ser
atendidas por abortos inducidos o incompletos; basada en las
recomendaciones hechas al Estado de Chile por el Tratado en Contra la Tortura
en materia de aborto y derechos sexuales y reproductivos.
La segunda , una niña de 11 años de la Región de los Ríos,
quien habiendo sido agredida sexualmente por su padrastro, es además
vulnerada y violada en sus derechos por el Estado a través de la imposición de
continuar con un embarazo de alto riesgo por su edad y altamente traumatizante
por ser producto de una violación. Desde doctrinas conservadoras y
religiosas que remiten el papel de la mujer a la obligación de ser madres, se
obliga a una niña a asumir una maternidad producto de un acto violento e
injusto. A los 11 años una niña debe tener asegurado y protegido el derecho de
aprender, tener acceso a una atención de salud integral, jugar con sus
amigas/os y compañeras/os, disfrutar de la naturaleza; vivir una vida en
dignidad. Derechos fundamentales que la sociedad y el Estado debe garantizar.
En Chile la legislación sobre el aborto es una de las cinco
más punitivas y retrasadas a nivel mundial, donde ni siquiera se permite
que este procedimiento se aplique en situaciones de violación, embarazo
inviable o de alto riesgo para la salud y vida de la mujer.
La práctica del aborto es una realidad que no podemos esconder,
las mujeres por diversas razones históricamente abortamos. Por tanto,
decimos con fuerza: basta de ser considerado el aborto como un delito cuando en
Chile ni siquiera existen políticas de educación sexual y acceso a una atención
en salud sexual y reproductiva de calidad acorde a las realidades y
prácticas sexuales de todas las personas. Basta de la desigualdad e injusticas
de clase que denuncia y criminaliza a las mujeres pobres cuando las que gozan
de privilegios encubren sus abortos con el apoyo de los médicos y el aparataje
de salud, o van al extranjero a realizarse abortos seguros. Frente a esta
realidad, muchas mujeres ante la desesperación buscan diversas alternativas en
la clandestinidad, que sin la orientación o información adecuada terminan siendo
un riesgo para sus vidas y su salud.
El Estado y sus poderes, las iglesias y sectores
tradicionales, buscan que se siga criminalizando el derecho a decidir sobre
nuestros cuerpos y nuestras vidas, basándose en imposiciones morales y
preceptos machistas sostenidos en una estructura ideológica patriarcal y
capitalista, que controla el cuerpo y la sexualidad de las mujeres para
reproducir y perpetuar un “sistema de explotación que privilegia el trabajo
como fuente de su riqueza y acumulación(...) siendo el cuerpo de la mujer
la primera fuente de su riqueza”. ( Silvia Fedrerici)
Nosotras resistimos este sistema patriarcal y capitalista
que busca pisotearnos, empobrecernos, privarnos de todos los afectos,
libertades y placeres en nuestras vidas. No más imposición moral sobre nuestros
cuerpos; queremos un trato justo y libre, queremos que se respete y garantice
nuestro derecho al acceso y atención de calidad en la salud sexual y
reproductiva, el derecho al placer, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos,
y sobre cuántos hijos/as tener, en qué momento, o simplemente nuestro derecho a
no tenerlos. Para eso, el Estado debe procurar las condiciones necesarias
para que las niñas y todas las mujeres tengan una vida libre de toda forma de
discriminación y violencia, garantizando así de una vez derechos
consagrados en Instrumentos de Derechos Humanos internacionales suscritos por
el Estado de Chile como Cedaw, Convención de Belen do Pará, entre otros
Como Casa de mujeres Autogestionada del Ngullumapu exigimos
que el Estado chileno legisle por el acceso a un aborto libre, seguro,
informado y gratuito; no queremos imposición moral y económica de las
instituciones, queremos seguridad para que desde pequeñas podamos crecer libres
y sin miedo.
Casa de Mujeres Autogestionada del Ngulumapu
Por la libertad de decidir sobre nuestras vidas y nuestros
cuerpos
¡¡Por una aborto libre, legal y gratuito!!
¡¡Por una aborto libre, legal y gratuito!!
¡
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