Al pobre lo discriminan, lo exponen, lo exhiben...
X Manuel Ahumada Lillo*/Enviado X Difusión PULSO SINDICAL
Los trabajadores, con cada cosa que logran ver en los
diversos medios de comunicación, cada vez tienen más claro que la justicia de
nuestro país es clasista.
Clasista, porque no hay igual sanción ante igual delito,
porque al pobre lo discriminan, lo exponen, lo exhiben como trofeo de caza,
mientras que el que tiene recursos, es mencionado cuando el delito es muy
notorio, aunque luego se olvidan de él y termina siempre recibiendo garantías y
beneficios que al limitado en ingresos le son vedados.
Y si eso no es cierto ¿como entender las razones del juez
que condenó al hijo del ex senador de derecha Carlos Larrain, a 540
días de pena remitida y la suspensión de su licencia de conducir por 2 años,
luego de haber matado a un hombre que tuvo la desgracia de cruzarse en el
camino del jeep que el criminal manejaba ebrio?.
¿O el caso de otro hijito de papa de apellido Montero que
mató con su camioneta a un joven a la vera del camino?. Seguramente recibirá
una pena similar a Larraín.
En un caso similar, un borracho apellidado Pinochet que mató
a una muchacha en Santiago, está preso y continuará en la cárcel mientras
continua la investigación.
¿Cual es la razón para que la justicia actúe diametralmente
distinto ante hechos
similares?
Es claro que la razón no es el hecho en si, pues habrían
estado todos presos durante lo que durase la investigación. Ha corrido plata,
de eso hay testimonios irrefutables.
Los criminales en su mayoría abandonaron la escena del
crimen y luego se presentaron ante la justicia (cuando se les pasó la
borrachera), los medios de comunicación le dieron color un par de días y luego
pasaron a otras cosas: Los ciudadanos van olvidando y se sigue corriendo el
riesgo de quedar bajo las ruedas de un vehiculo, sin la certeza de que el
culpable pagará, como debieran pagar cada uno de los que quita la vida a otro,
cualesquiera sean las razones para ello.
Los criminales que asolaron el país durante 17 años, reciben
penas irrisorias, disponen de cárceles de lujo y hasta hoy día no son pocos los
que les rinden tributo porque salvaron al país de la hecatombe.
Lo concreto y claro, mas allá de muchos elementos que se
escapan de un análisis como este, es que todo eso y mucho mas es posible porque
existe una justicia clasista, que tiene como primer objetivo posibilitar los
caminos para que los criminales con cuello y corbata puedan hacer y deshacer
sin que se les castigue como corresponde por ello.
Para eso cuentan con expertos que han hecho de la
interpretación de la ley una razón de vida. No importa si estafó, robó, mató o
engañó a miles. Hay salidas para todo y solo deben contar con recursos
económicos para una buena defensa.
En lo laboral los patrones pueden hacer lo que quieran y lo
hacen. Privan de derechos mínimos a sus trabajadores, pagan los sueldos cuando
quieren, se roban las platas de las imposiciones, no cumplen con las normas de
higiene y seguridad. Que importa, hay amigos, un sistema de fiscalización y
sanción lento y malo.
Si a este peligroso coctel le agrega el temor de los
asalariados por reclamar sus derechos, las amenazas y castigos a las que son
sometidos los que reclaman, la imposibilidad incluso de negociar en forma real
por la carencia de elementos tan básicos como los papeles contables de las empresas,
tendrá como resultado un pueblo que no reacciona y soporta estoico lo que se le
viene encima.
Razón tiene este señor Zaldivar y otros de su calaña. Las
cosas se cocinan entre pocos, entre los que de verdad cortan, esos que están
ubicados socialmente en la clase que manda, esos que o tienen recursos
suficientes o se entregaron a los dueños de los recursos.
La justicia es clasista, la sociedad es clasista, y solo la
explosión popular que de tanto en tanto se expresa ante cosas concretas asusta
a los amos, pero apenas el tiempo suficiente para que sus protectores actúen.
Luego todo seguirá su curso normal.
Es sobre esta enorme desproporcionalidad que hay que educar
a los trabajadores y al pueblo, mostrándole el verdadero camino. Y esa es una
tarea que no puede seguir relativizándose, sino seguiremos teniendo figurines
que aparecen de vez en cuando hablando de los derechos del pueblo, encabezando
algunas jornadas de protesta con nuestras banderas, hasta que se
pasen al lado oscuro, a ese sistema que dispone de suficientes recursos para
comprar lo que sea necesario.
Por eso es que destacamos el trabajo de nuestra gente CGT,
de compañeras y compañeros que tienen asumido que la tarea primaria, la más
grande, es educar. No son necesarios discursos bien construidos, lo importante
es hablar con el corazón y con el ejemplo. Es lento, claro que si, pero no debe
preocuparnos eso, solo hay que seguir perseverando, corrigiendo errores,
asumiendo responsabilidades, entendiendo que esto es una pelea de largo aliento
y tenemos que estar muy preparados para ganarla.
Así lo entendieron en el extremo austral, cuando recién
comenzamos la siembra en 1988. Pese a que nos auguraron corta vida, ahí vamos
avanzando, peleando, perdiendo y ganando, pero seguros de que es lo que hay que
hacer.
Bien Punta Arenas en este invierno del 2014: Entre frío y
nieve, insuficiente para apagar el calor humano irradiado por cientos de
trabajadores y dirigentes comprometidos con la organización, se iniciaron las
asambleas de base con las que damos comienzo a nuestro XII Congreso Nacional,
que culminará a fines de Abril del 2015.
Y partió el Congreso junto a negociaciones colectivas,
apoyando marchas, naciendo desde la base sindical las primeras propuestas de
candidatos al directorio nacional, que se unirán a otras para culminar con una
elección universal, un trabajador un voto, establecida desde el 2010
en nuestro estatuto.
Un abrazo a todos los que hacen CGT por esas tierras y a
seguir dándole que aún nos queda mucho por hacer.
Aquí en Santiago y regiones aledañas tampoco lo hacemos mal
pero estamos aún faltos de fuerzas. Todavía nuestras huelgas no reciben la
visita y el apoyo de todos los que debieran. Aunque no falta, es aun
insuficiente y debemos esforzarnos más.
Todos tenemos problemas de tiempo, nuestras propias
preocupaciones, pero estar junto a esos que contra viento y marea se ponen de
pie para enfrentar al capital, es de verdad una de las principales obligaciones
de todos los que nos sentimos parte de la clase trabajadora.
Lo digo de verdad. Menos consignas y mas contacto con los
trabajadores de carne y hueso, con los desheredados, con los parias
que siguen ahí esperando que lleguemos con nuestra palabra y nuestra acción.
Es esta convicción la que nos hará grandes. Podrá demorar,
ser lento el crecimiento, pero cada acción en la dirección correcta nos irá
preparando para el momento en que enfrentemos a nuestro adversario histórico y
lo podamos vencer.
* Manuel Ahumada Lillo es Presidente C.G.T. CHILE/PULSO SINDICAL Nº 244 DEL 19 AL 26 DE JULIO DE 2014
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