PAGINA EN CONSTRUCCIÓN...

PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

lunes, 2 de marzo de 2015

"QUÉ HAY DENTRO DE LA CABEZA DE UNA MUJER QUE SE SIENTE VIOLADA" (!!!!)



No basta ser una buena actriz para ser ética o sabia. Esta señora lo ha probado diciendo que no le cree a las mujeres violadas y riéndose de lo doloroso que esto puede ser. He aquí una carta abierta a la actriz.
 
CARTA ABIERTA A DELFINA GUZMÁN...
X una mujer violada/Enviado X Marcela Guerra
Primero que todo le quiero decir que usted siempre me ha caído bien. Esa mezcla suya entre momia recalcitrante y comunista siempre la he encontrado divertida, aunque creo que es más momia que cualquier cosa y que su postura de izquierda es romántica y frívola. Como que usted encuentra divertida esa postura “progre”.

Sus declaraciones de hace unos meses señalando que “rezaba a la Virgen para que se enfermaran de cáncer” los que hablaban mal de su hijo ministro, me dejaron la impresión que ya se le están arrancando las cabras pa’l cerro, y las de hoy sobre la violación me lo confirmaron. Por lo demás, usted misma lo reconoce en esta última entrevista.
Creo que usted no entiende muy bien qué es una violación. Parece que se imagina que sucede en un dormitorio, con los involucrados echados cómodamente en una cama.
Creo que usted no entiende muy bien qué es una violación. Parece que se imagina que sucede en un dormitorio, con los involucrados echados cómodamente en una cama.
Para que sepa de qué se trata realmente, le contaré una experiencia personal que casi nadie conoce.

Hace muchos años, cuando tenía 15, caminaba temprano y despreocupada al colegio. No estaba a más de una cuadra de mi casa y, como en las películas, no andaba nadie en ese momento.
Solo alcance a ver una sombra. Y antes de siquiera pensar en lo que podía suceder, sentí por detrás un brazo fuerte que me rodeó y apretó las costillas con tanta fuerza que dejé de respirar. No pude gritar, hablar, ni moverme. Sólo solté mi bolsón y eché hacia atrás mi codo, en vano.
En ese momento la otra mano del hombre ya había bajado mis calzones y supe por el horrible dolor que me había penetrado con sus dedos.

No duró mucho más que un par de minutos y ahí quedé. Sin poder moverme, ni llorar, ni hablar.
Volví como pude a mi casa, donde ya todos habían salido, y me metí a la ducha. Me quedé allí casi toda la mañana, lavándome y llorando, pensando cómo podía haberme pasado algo así.
Perdí mi virginidad en manos de un depravado, una mañana cualquiera.

(Pintora Christine Comyn, Tielt, Bélgica, 1957)
¿Quiere saber qué se siente? O, como dijo usted, “qué hay dentro de la cabeza de una mujer que se siente violada”. Se lo diré: Asco, impotencia, una tristeza infinita que nunca se va porque ahora, mientras escribo esto, no puedo dejar de llorar. Dolor físico, miedo, angustia y un montón más de horribles sensaciones.
Tan horroroso es que no importan los años que hayan pasado: soy capaz de recrear ese momento de manera vívida, segundo por segundo, con cada doloroso detalle.
La pastilla del día después no existía, además no la necesitaba, porque “el hombre”eyaculó en mi uniforme. ¿Qué le parece?
Usted me debe una disculpa, y a miles de mujeres más también. Y aunque las pida, el solo hecho de que me haya llevado a recordar ese episodio y haya vuelto a llorar, es suficiente para que no se las acepte.
Puesto que usted misma reconoce que “está un poquito huevoncita” y considerando que ya no es capaz de pensar antes de hablar, lo mejor es que se calle y no siga haciendo mal uso de la tribuna que aún le otorgan algunos medios.

*La autora de esta carta se identificó debidamente, pero pidió el anonimato público por obvias razones.

Fuente: El Pilin

ENTREVISTA A LA ACTRIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario