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PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

viernes, 18 de julio de 2014

WALLMAPU Y LA REFORMA DE LA EDUCACIÓN

LOS MAPUCHE,  EL CURRICULUM NACIONAL Y LA REFORMA DE LA EDUCACION.  UN CAMINO DISTINTO PARA CHILE Y WALLMAPU
X Julio Marileo Calfuqueo*
En los últimos meses hemos sido testigos como se ha ido posesionando de la agenda pública el debate pre - Reforma de la Educación. Muchos son los actores, sociales y políticos, que han fijado como punto de reunión las dependencias del Congreso Nacional, en la ciudad de Valparaíso, para hacer patente sus puntos de vista, anhelos, críticas y resquemores respecto de esta iniciativa gubernamental.

Entre ellas se han hecho públicas posturas en contra de dicha Reforma; me refiero a sostenedores de colegios particulares subvencionados que junto a sus respectivos centros de padres y apoderados,  agrupados en la CONFEPA, (Confederación de Padres y Apoderados) se oponen tajantemente a la implementación de este “chiste”, palabras de Nelson Pinilla, Director del Colegio Montessori y Presidente de la CONACEP – Araucanía. En reunión antireforma (Julio 2014) expresó, que su ejecución no garantizaría la existencia de sus establecimientos, obligándolos a cerrar o subir las cuotas de pagos por conceptos de alumnos, en caso de seguir existiendo post reforma. Las estrategias utilizadas para hacerse notar, por este sector, han sido variadas, entre ellas, se encuentran convocar a  reuniones intempestivas, escribir artículos centrados en la defensa de la infraestructura y el derecho de los padres a pagar y a elegir su sistema educativo en diarios de circulación regional y nacional, azuzar a niños de esos mismos establecimientos para que puedan convencer a sus familiares para salir a las “caminatas  pacificas”, bajo el lema ¡¡NO A LA REFORMA DE LA EDUCACION, POR EL DERECHO A LA EDUCACION!!, además, de instaurar una política del terror dirigida a padres y apoderados que desconocen del contenido de esta reforma. Este último suceso, no puedo negar ¡¡ me  llamo la atención!!.

El interés que representa esta Reforma, no deja pájaro con cabeza, todos tienen augurios para el “bebe” que aún no nace, eso es positivo diría la madre. Incluso me recuerda a la letra de la canción “Esperando nacer” de Pancho Puelma, de la década de los 80`cuando señala; “Será un ingeniero dice el abuelo, un gran arquitecto sería perfecto, y si es un artista que horror un bohemio, mejor una niña que cumpla mis sueños” .

Con todo esto, la pregunta que se me viene al lonko y que no puedo obviar es ¿podríamos haber estado discutiendo acerca de la Reforma a la Educación, si no hubieran ocurrido una serie de hechos que la terminaron gatillando?. La respuesta es No. La Reforma, se la debemos a esa generación de niños, de jumper, vestón y corbata, que no tenían compromisos post transición a la democracia, tampoco eran hijos de la dictadura, menos le interesaban las militancias políticas ortodoxas y añejas, ni acceder a puestos gubernamentales. Me refiero a esos mismos que piensa usted, a los de la “Revolución Pinguina”, quienes hicieron escuchar a Chile, el año 2006, fuerte y claro, las consignas de ¡¡¡desmunicipalizacion, educación gratuita, calidad, interculturalidad, fin al lucro, crisis de la educación!!!. O también, aquella generación del año 2011, quienes al alero de la CONFECH, propusieron la necesidad de reformar el marco normativo y legal de la educación chilena, por medio de movilizaciones entre las que destacan; tomas de establecimientos de educación media y de casas de estudios superiores, marchas masivas, protestas callejeras y una que otra performance que le dieron nuevos bríos a Chile y a su cuestionado sistema de enseñanza.
Pero, vamos al punto que nos convoca. De todas estas vorágines de episodios, me surge la interrogante, ¿Cómo se insertan los mapuche en esta pre - reforma? ¿Existe algo que plantear?. Yo creo que sí.

Los que enseñamos en el aula, sabemos la importancia que tiene el curriculum en la formación de los niños y su influencia en los proyectos políticos y sociales de los pueblos y países. De hecho, el curriculum es, y ha sido en la historia, un instrumento clave en la reproducción de la sociedad nacional. Los estados americanos adoptaron la idea francesa de estado-nación, decisión que llevo a instaurar modelos uní nacionales de educación en toda América y que han respondido históricamente a estructuras unificadoras y mono culturales.

De hecho, la educación en Chile, en el siglo pasado, no se pensó para resguardar los rasgos distintivos de los mapuche, sino para forjar un modelo de hombre, que ahogara todo rasgo identitario del pasado, en ese tiempo, el iluminismo era el centro de atención y quienes mejor lo representaban eran Estados Unidos y Europa (Zemelman y Jara 2006). Para los más escépticos, aquellos que dudan de la implicancia que tiene el curriculum en la educación, les traigo a colación los dichos de Domingo Faustino Sarmiento, prominente educador, estadista y promotor de la libertad y el progreso, considerado uno de los intelectuales más connotados durante el siglo XIX, hombre ancla de lo que debía enseñarse en Chile, quien escribió, en un periódico de circulación nacional:

"¿Lograremos exterminar los indios?. Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandarí­a colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así­ son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado” (Periódico “El Progreso” del  27 de Septiembre de 1844).

Lo anterior refleja que los primeros pasos de la educación chilena, de finales del siglo XIX, estuvieron cargados de prejuicios, y estereotipos que fueron utilizados para llevar adelante, la dominación y transformación del mapuche para los propósitos nacionalistas del Estado Nación.
Al iniciarse el siglo XX, la tierra y la educación pasaron a ser parte de las principales demandas mapuche, esta última, permitió apropiar, para sí el idioma del otro, específicamente, el uso del castellano –hablado y escrito, herramienta válida para enfrentar los nuevos escenarios  post pacificación de la Araucanía.

Hoy en pleno siglo XXI, en mi opinión, la esencia del curriculum nacional no ha dejado de lado su carácter monocultural y asimilacionista, incluso, se ha fortalecido con los años. El niño símbolo de la educación chilena Sergio Villalobos, premio Nacional de Historia (1992), es un ejemplo, viviente del racismo y la discriminación en la educación, quien ha utilizado el curriculum oficial, para imprimir visiones conservadoras y totalitarias de las elites terratenientes, eclesiásticas, y militares de Chile, en desmedro de los sectores populares e indígenas. Lector, se pregunto usted ¿Por qué los niños deben usar uniformes escolares, cortarse el pelo, asistir a clases de Religión, cantar estrofas de la canción nacional que posteriormente desaparecen o aprender que una familia “bien constituidas” solo se compone de un padre y una madre?. Las respuestas, están en el Curriculum. Allí esta explicito e implícito, lo que debe aprender y debe adquirir como enseñanza una persona desde su niñez hasta su edad adulta. Por lo tanto, si queremos avanzar en la construcción de modelos distintos de sociedad, la tarea principal es modificar el ALMA MATER  de la educación y por esta vía erradicar las posiciones retrogradas insertas allí.

La idea de transformación del curriculum, no es algo nuevo en las ciencias de la educación, es un proceso histórico de grupos y colectividades que intentan trasformar realidades empíricas. Para ser más enfático. Los gobiernos de turnos comúnmente van incorporando sus perspectivas al curriculum, las que se traducen en modificaciones sustantivas, sean estas de una asignatura, de un contenido o de algún estándar de aprendizaje. Por ende, el desaprovechar la posibilidad que nos da esta reforma, implica reconocer implícitamente que estamos absolutamente chilenizados y en extremo dominados política e ideológicamente. Sin capacidad de reacción. Cosa que dudo.
Desde mi perspectiva el debate no es solo político sino también técnico, eso lo saben bien los curriculistas chilenos, quienes han diseñado a su antojo el curriculum nacional.


Para graficar esta situación y a manera de ejemplificar una realidad concreta que nos impone el curriculum chileno actual, describo el siguiente ejemplo: un alumno de primer ciclo básico, es decir,  primer año de enseñanza, de un rango étareo de 6 años, debe  aprender, por curriculum, en la asignatura de Historia y Geografía la identidad nacional como parte del eje formación ciudadana y entre los primeros contenidos se encuentran las “Características del Escudo Nacional, Composición del Emblema de la Patria,  Adscripción a la Identidad Chilena, Frases de la Canción Nacional, Nombre del Presidente de la República”, aquí, a simple vista, no aparece en ninguna parte la auto identificación originaria o indigena, es decir, el niño no puede reconocerse, por ejemplo, Mapuche, Aymara o Rapa Nui, no existe, se les niega, se les asimila. Más aún, no se les menciona la existencia de héroes mapuche, no aparecen las identidades culturales, territoriales, colectivas o lingüísticas de los individuos, especialmente cuando estos son parte de diversidades a excepciones de una u otra representación folklórica. Si no me cree, busque un objeto de estudio (niño de esa edad) y consulte usted mismo. De ahí la importancia de implementar transformaciones al curriculum, sobre todo cuando estamos frente a una Reforma de la Educación que tendrá incidencia en la población desde sus primeros niveles de enseñanza.

Por otro lado, las experiencias en el aula, enseñan que el niño en sí no es el racista, el racista es el medio y el contexto en el que se desenvuelve. Que mejor ejemplo el que comentaré. Invitado a un colegio particular subvencionado con uno de los co pagos más altos de la ciudad de Temuko, para hablar sobre el We Tripantu, me encontré con un grupo de niños, muchos de ellos con apellidos europeos y chilenos y, también, mapuche, que escucharon atentos, entusiasmados y con respeto el epew que les contaba, al finalizar mi alocución me pedían que volviera nuevamente a contar esas historias lindas de los mapuche y que fijáramos fecha para un nuevo encuentro.  Aquí un vivo ejemplo de la no discriminación. Ojala se demoren en conocer los escritos de Villalobos, digo yo.
Desde mi humilde opinión y sin el ánimo de torpedear proyectos locales, la trasformación de realidades históricas que atraviesan los pueblos indígenas y los Mapuche propiamente tal, no se resuelven con el recibimiento de funcionarios públicos en perfecto mapuzugun (ya se hace), ni con cursos breves sobre “lo mapuche”, con charlas sobre Wetripantu, con muestras culturales, con señaleticas interculturales en plazas, y hospitales, ni con marcos simbólicos que provengan de reconocimientos institucionales respecto de una comuna determinada, si bien son importantes aportes y avances, ellas son insuficientes para cambiar las mentalidades y fomentar un verdadero cambio social y de actitud de los nuevos ciudadanos. De ahí que comulgo con la idea de un proyecto de ley que reconozca la existencia de las lenguas indígenas en Chile, iniciativa liderada por la RED por los derechos Educativos y Lingüísticos. En Chile, la uni nacionalidad y el Castellano como única lengua,  hace rato son parte del pasado.

La Reforma Educacional nos abre entonces, una puerta (o al menos una ventana) para ser participes y actores claves del proceso de transformación de la educación para Chile y el Wallmapu, incluso más, nos impone el desafío de concretar proyectos políticos de mayor envergadura, donde Mapuche y Chilenos nos reencontremos e intentemos refundar un modelo de sociedad distinta. La pregunta del millón como Mapuche y/o Indígenas: ¿Tenemos propuestas en esta materia que podamos incorporar al debate de la Reforma Educacional?. Yo siento que sí. Aquí propongo una;  transformación del curriculum nacional por uno intercultural.   

Temuko. Julio 2014

Profesor en Educación Básica Intercultural - Magíster en Educación Mención Curriculum y Comunidad Educativa
juliomarileo@hotmail.com



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