La raza importa: el regreso de la segregación en la
educación pública estadounidense
x Amy Goodman y Denis Moynihan/Democracy Now
“Segregación hoy, segregación mañana, segregación por
siempre”, proclamó George Wallace, Gobernador de Alabama, hace más de cincuenta
años. Su retórica racista, de la que se enorgullecía, fue acompañada de una
gran variedad de actos atroces: homicidios, linchamientos y violencia sistémica
contra afroestadounidenses y quienes luchaban por los derechos civiles, a
menudo cometidos con el apoyo de los gobiernos locales y estatales o incluso
organizados por ellos. A pesar de ello, la lucha por la igualdad venció y logró
victorias como la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964, la Ley de
Derecho al Voto de 1965, la acción afirmativa y la integración en las escuelas
por orden judicial. Sin embargo, tras el fallo de esta semana de la Corte
Suprema en apoyo a la prohibición de la acción afirmativa en la admisión a las
universidades estatales de Michigan, y debido a la nueva ola de segregación en
las escuelas, el sueño de Wallace de la “segregación por siempre” parece estar
más vivo que nunca.
Nikole Hannah-Jones se dedica al periodismo de investigación
y trabaja para la organización de noticias sin fines de lucro ProPublica. Acaba
de publicar un artículo de 9.000 palabras, en el que trabajó durante un año,
acerca del regreso de la segregación en las escuelas públicas de Tuscaloosa,
Alabama. Este excelente informe denominado “Segregación hoy”, observa que: “En
Tuscaloosa, hoy en día, prácticamente uno de cada tres estudiantes negros
asisten a escuelas en las que da la impresión de que el fallo Brown contra el
Consejo de Educación nunca hubiese ocurrido”. Este fallo, emitido en mayo de
1954 por la Corte Suprema, agrupó varios juicios pendientes (todos presentados
por la Asociación Estadounidense por el Progreso de la Gente de Color, NAACP)
en contra de la segregación racial en las escuelas. El entonces Presidente de
la Corte Suprema, Earl Warren, fue el autor del fallo que contó con el apoyo
unánime de todos los magistrados del máximo tribunal, y que expresaba:
“Concluimos que en el ámbito de la educación pública, la doctrina de ‘separados
pero iguales’ no tiene cabida. La existencia de centros educativos separados
por raza es inherentemente desigual”.
El artículo de Hannah-Jones cuenta la historia del proceso
de desegregación en Tuscaloosa a través de la mirada de tres generaciones de la
familia Dent. James Dent se crió en Jim Crow, Alabama y nunca compartió el aula
con alumnos blancos. Su hija, Melissa, asistió por primera vez a una escuela
interracial recién en la secundaria, en 1980. Le llevó décadas a Tuscaloosa
poner fin a la segregación y lo logró únicamente luego de que se emitieran
órdenes judiciales adicionales. Las dos escuelas secundarias públicas de la
ciudad se unieron para formar una sola institución, llamada Central High
School, que se convirtió en un símbolo de excelencia a nivel estatal, tanto
desde el punto de vista académico como deportivo. Melissa se convirtió en la
primera integrante de su familia en graduarse de la universidad.
Sin embargo, esta época dorada sin segregación racial no
duraría mucho. “Tuscaloosa se ha convertido en uno de los distritos escolares
del país donde la segregación volvió a instalarse más rápidamente”, explicó
Hanna-Jones en el programa “Democracy Now!”. Y añadió: “En 2000, cuando un juez
federal dejó sin efecto la orden judicial anti-segregacionista en Tuscaloosa,
el Consejo de Educación decidió de inmediato dividir la secundaria Central
[High School]. Central se había creado mediante una orden judicial. En 1979, 25
años después del fallo del caso Brown, Tuscaloosa aún tenía prácticamente una
secundaria para alumnos negros y otra para blancos. De modo que un tribunal
obligó a que se fusionaran ambas secundarias y así se creó la secundaria
Central. De hecho, fue una historia exitosa de integración racial en las
escuelas, pero por temor al éxodo de la población blanca, el Consejo de
Educación votó en el año 2000 volver a dividir y separar esa escuela y crearon
tres escuelas: dos interraciales y una exclusiva para estudiantes de raza
negra”. He aquí su gran descubrimiento: un nuevo tipo de segregación. A pesar
de que en Tuscaloosa no hay escuelas “solo para estudiantes blancos”, como
solían existir hasta 1979, ahora hay una secundaria “solo para estudiantes
negros”, la nueva Central High School. “Lo irónico es que la secundaria Central
High School está ubicada en un barrio interracial. Sin embargo, se manipuló la
división de los distritos de manera tal que obliga a los estudiantes blancos
que viven frente a la escuela Central a asistir a una escuela interracial
situada más lejos, mientras que se creó la nueva escuela Central solo para
alumnos negros a través del trazado intencional de los límites de los
distritos”.
El problema no se reduce al sur profundo de Estados Unidos.
El proyecto de derechos civiles de la Universidad de California-Los Ángeles, la
UCLA, ha hecho un seguimiento de las tendencias a nivel nacional.
Sorprendentemente, descubrió que “En el estado de Nueva York se encuentran las
escuelas donde existe la mayor segregación del país. La ciudad de Nueva York
afecta considerablemente la posición del estado, ya que tiene uno de los
sistemas de educación pública más grandes y más segregados del país”. El
informe de la UCLA utiliza varias veces un término que actualmente es habitual
en los círculos académicos que estudian los nuevos tipos de segregación: “las
escuelas apartheid”, es decir, aquellas escuelas que tienen menos de un 1% de
alumnos blancos matriculados. El informe agrega que: “En 2010, en toda la
ciudad de Nueva York, un 73% de las escuelas chárter (escuelas de gestión
privada que se financian con fondos públicos) fueron consideradas escuelas
apartheid y un 90% fueron consideradas como escuelas con un alto nivel de
segregación (menos de un 10% de alumnos blancos matriculados)”.
La decisión de la Corte Suprema de esta semana profundizará
sin duda la tendencia de la nueva ola de segregación, tanto en las escuelas
secundarias como en las universidades. La decisión, que tuvo 6 votos a favor y
dos en contra, ratifica la prohibición que rige en Michigan de aplicar la
política de la acción afirmativa por motivos raciales en la admisión a las universidades
estatales. El Presidente de la Corte Suprema, John Roberts, expresó su opinión
acerca del racismo en 2007 cuando realizó la siguiente declaración polémica:
“La forma de poner fin a la discriminación por motivos raciales es dejar de
discriminar por motivos raciales”. La magistrada Sonia Sotomayor, al emitir su
voto en contra de la mayoría de la Corte, escribió: “Mis colegas opinan que
deberíamos dejar a la raza fuera de la discusión y permitir que los votantes lo
resuelvan. …Es una opinión totalmente fuera de la realidad”.
La realidad es que la discriminación racial y la segregación
van de la mano. Es probable que el racismo no se propague desde el estrado de
un Gobernador, como ocurrió en 1963 con George Wallace, pero un país
racialmente dividido nunca logrará ser igualitario.
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión
en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que
luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en
Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: Democracy Now
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