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PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

viernes, 29 de marzo de 2013

ARGENTINA: LIBERTAD A LAS HERMANAS JARA!


JUICIO CONTRA LAS HERMANAS JARA
Luego de dos años de detención ininterrumpida, el Tribunal en lo Criminal Nº 2 de Mercedes escuchó en la audiencia oral y pública el testimonio de una de las jóvenes del barrio Sanguinetti. Fue la primera vez que la justicia debió tomar nota de los acontecimientos de abuso y acoso sexual que provocaron el acto de legítima defensa. Para sorpresa de los magistrados, la supuesta víctima Juan Leguizamón expuso un compendio de contradicciones, mentiras y fábulas que hacen caer la causa caratulada como tentativa de homicidio. Las hermanas Jara transitan las últimas horas de un encierro sólo comprendido por el abuso de poder en todas sus formas.

El lunes 18 de marzo amaneció con fuerza en ese pueblo de campaña. Mercedes contiene a la corporación judicial, acumula causas, sentencias y condenas. Ese bastión conservador sintió el paso de mujeres y hombres; de estructuras de base y organizaciones sociales que luchan contra todo tipo de violencia hacia las mujeres. Ese lunes ya quedó en la agenda de la movilización popular pero, fundamentalmente, fue la jornada donde la privación de la libertad de Ailén y Marina Jara alcanzó el rótulo de incomprensible y brutal. Es que los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2, los doctores Larroque, Barski y Brahim, jamás pensaron que la supuesta víctima, Juan Leguizamón, podía sólidamente voltear la causa, esa que lo ubicó como damnificado y cuya instrucción le creyó a ciegas para negar a Ailén y Marina la mínima posibilidad de contar la verdad, peor aún, la Dra. Manuela González, defensora oficial, calificó de mentira el acoso sexual a sus “pupilas”.

El lunes 18 de marzo, Juan Leguizamón se encargó de explicar con sus propias palabras que “tenía mucho conocimiento sobre armas de fuego”, que “tenía un buen concepto de las hermanas Jara”, que “se vinculaba amorosamente sin precisar tiempo, espacio, lugares”; que “no recuerda bien las calles donde se produce el hecho que se ventila”; que fueron cuatro disparos los que habrían efectuado las atacantes cuando su declaración leída por el mismísimo fiscal de Juicio, Guillermo Altube, le recordó que fue sólo uno; que no tiene testigos que acrediten su supuesta relación amorosa; que “nunca se defendió sino que pasivamente aguardó su destino diciendo, Mañana hablamos". SEGUIR LEYENDO


Fuentes: Desalambrar y La Hoguera

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