Las feministas de mi generación hicieron (y todavía hacen)
mucho para revertir el orden patriarcal que nos domina. Recién inaugurado el
proceso democrático, en los años ochenta, apostamos por la democracia y
confiamos en que, en la medida en que ésta madurara, obtendríamos condiciones
auspiciosas para todas las mujeres de este país. Y ahí están los resultados,
docenas de normas, planes, proyectos, ensayos, debates, la mayoría destinados a
irrumpir en el Estado, como escenario de dominio masculino, para hacer sentir
nuestra presencia, para demandar reconocimiento, para exigir igualdad de
derechos y de oportunidades...
Los días 5, 6 y 7 de marzo, más de cien mujeres (feministas)
se juntaron en La Paz, auto-convocadas por sus urgencias, sus deseos, sus
sueños, sus cotidianidades. No sé exactamente quiénes tuvieron la iniciativa,
quizás eso no importe mucho, lo importante es que ¡lo lograron! Se juntaron sin
auspicio alguno, con sus propios recursos, porque tenían ganas de tejer,
cocinar, hablar, sintonizar, o simplemente porque les dio la gana; llegaron de
Cochabamba, Santa Cruz, Oruro, Sucre, hasta de Chile, Ecuador y Argentina, para
responder a la invocatoria...SEGUIR LEYENDO
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