(Zoilamerica Narvaez) |
¿Hasta cuándo socapan el abuso, incesto, pedofilia y la violencia sexual contra las mujeres en las Izquierdas?
X puntada con hilo
Tipos que han abusado a compañeras, hijas, hijastras, niñas, a mujeres en general siguen siendo rostros de la política de las izquierdas latinoamericanas. Los adelantados izquierdistas muchas veces socapan la violencia contra las mujeres y las niñas alabando algún proceso político en cualquier país del mundo solamente porque se hace nombrar "revolucionario".
"Revoluciones" que persiguen mujeres, "Democracias progresistas" que negocian el aborto y nuestros cuerpos, presidentes indígenas que a cada paso dicen alguna ofensa pública a las mujeres como si fuese un chistecito, presidentas que si les conviene se hacen pasar por "no sexistas"; "Cumbres latinoamericanas" que pasan por encima del dolor y el cuerpo de las mujeres y las niñas, porque la cuestión "de género" no es prioritaria, excepto si necesitan maquillarse de "feminismo" en vísperas de alguna elección política; y "héroes revolucionarios" que han sido denunciados por pedofilia como Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua aún en las cumbres. Todo eso huele a mierda en las Izquierdas. ¿Y qué dicen las feministas de partidos de izquierda, que están en los E$tados y en los "progresistas" gobiernos latinoamericanos... o es que no las invitan a las Cumbres?...
"Descolonizan" colonizando
El 27 y 28 de Enero recién pasados, nada menos que Ortega "entregó el
micrófono y la silla de Nicaragua" en la cumbre de Celac (la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y del Caribe) a Rubén Berríos, presidente del Partido Independista de Puerto Rico
(PIP) quien será "desde ahora un asesor especial en temas internacionales del
gobierno nicaragüense". Todo esto en el contexto de lo que las elites izquierdistas latinoamericanas llaman "Lucha por la Descolonialización" (tan de moda por estos días)... Descolonizan, dicen, pero no nos han devuelto en todos estos "revolucionarios" y "socialistas" años nuestros cuerpos y reproducción, siguen colonizándonos. Hablan de autonomía territorial, pero "se guardan" la autonomía del cuerpo de las mujeres para sostener sus privilegios, porque sus revoluciones siguen siendo masculinas incluso teniendo tantas mujeres, como tienen, a su disposición.
Un abusador siempre es un colonizador e invasor de quienes oprime
Daniel Ortega, máximo líder del partido FSLN de Nicaragua fue denunciado en mayo de 1998, por abusos deshonestos, violación y acoso sexual en contra de Zoilamerica Narvaez desde que ella era pequeña y siendo hija de la pareja de Ortega, quien -al parecer- no intervino para defender a su hija. Es cierto que Zoilamerica retiró en 2008 la denuncia contra Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos(1), pero ello no cambia el hecho de que un hombre con enorme poder, acusado de pedófilo, siga siendo legitimado por las izquierdas que últimamente se visten de faldas generistas para tener más mujeres votantes y más rostros femeninos políticos a los que echar mano en sus carreras por los gobiernos y los e$tados.
1. Managua, Nicaragua | elnuevodiario.com.ni "La Procuraduría General de la República informó que Zoilamérica Narváez pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Cidh, pusiera fin a su demanda en contra del Estado de Nicaragua por falta de justicia en el caso de la supuesta violación realizada contra su persona por parte de su padrastro Daniel Ortega, Presidente de Nicaragua".
Hacemos memorias de nuestras denuncias del acusado de pedofilia Ortega desde los años 2000.
AY NICARAGUA, NICARAGÜITA, LOS DOS SANDINISMOS
X Raúl Zibechi/Brecha/ Blog memoria feminista 2007
En marzo de 1998 la hija adoptiva de Daniel Ortega,
Zoilamérica Narváez (hija de Rosario Murillo, esposa de Ortega), acusó
públicamente al líder del FSLN de incesto, declarando que había abusado de ella
sexualmente durante 19 años. "He tenido que sumergirme en lo más hondo de
mis fragilidades y secuelas para adquirir la fortaleza y la inspiración que
necesito para enfrentar mi realidad y abrir nuevos capítulos de mi
existencia", relató en su testimonio.
La revelación de Zoilamérica sacudió a Nicaragua y al sandinismo, pero no a
Daniel Ortega, a su esposa ni al aparato, que cerró filas junto al líder. Un
veterano sandinista, Alejandro Bendaña, confirmó la denuncia y pidió perdón:
"Hoy como hombre te pido perdón, Zoilamérica, por no haber hecho lo
suficiente para detener a Daniel Ortega en su agresión contra vos, agresión que
yo llegué a presenciar (...). Pido perdón por todos los hombres y mujeres que
también sabían de esta situación y no tuvieron el valor ni entonces ni hoy de
hablar y tomar partido por la justicia".
Hombres y mujeres sandinistas, algunas declaradamente feministas, apoyaron a
Ortega. El Frente difamó a la denunciante, a la que acusaron de hacerle el
juego al enemigo y de formar parte de una conspiración digitada por la cia.
Gioconda Belli señaló que si el FSLN era incapaz de escuchar a Zoilamérica "habrá
llegado a ser un partido al servicio de la carrera política de un hombre".
El caso fue ignorado por buena parte de las izquierdas del continente, tal vez porque lo consideran asunto privado y, seguramente, porque creen que Daniel Ortega es un compañero enfrentado al enemigo, que constituye una real alternativa de poder frente al neoliberalismo en Nicaragua.
El caso fue ignorado por buena parte de las izquierdas del continente, tal vez porque lo consideran asunto privado y, seguramente, porque creen que Daniel Ortega es un compañero enfrentado al enemigo, que constituye una real alternativa de poder frente al neoliberalismo en Nicaragua.
Mucho se ha hablado de la corrupción de la cúpula sandinista a raíz de la
piñata, que le permitió a sus dirigentes convertirse en afortunados empresarios.
Y mucho se criticó el pacto Alemán-Ortega, por el cual el sandinismo adquirió
el control de importantes resortes del aparato estatal. Pero del caso
Zoilamérica se habla poco, o nada.
Margaret Randall, feminista estadounidense que vivió y
militó en Nicaragua en los ochenta, autora entre otros del libro Las hijas de
Sandino, intentó bucear en este caso concluyendo que no habrá cambio social sin
revisar el poder desde la mirada de las mujeres. "He llegado a creer –dice
en un artículo de la revista Envío de enero de 2000– que la incapacidad de los
movimientos revolucionarios para escuchar a todos los grupos sociales, analizar
su potencialidad y asegurar su plena gestión, ha sido en gran parte responsable
del fracaso de estos movimientos para permanecer en el poder. El enemigo
externo era ciertamente abrumador. Pero el enemigo interno ha contribuido a la
defunción revolucionaria en formas que recién ahora estamos empezando a
comprender."
Fuentes: Memoria feminista - La Fogata - Espacio Blog
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