PAGINA EN CONSTRUCCIÓN...

PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

domingo, 22 de febrero de 2015

CAIMANES, EL PUEBLO QUE EL GRUPO LUKSIC DESPOJA DE SU AGUA Y QUE EL EL E$TADO DE $HILE REPRIME...



Caimanes: el pueblo que la minera del Grupo Luksic dejó sin agua

Enviado X Adolfo Garrido Contreras*/Ciper Chile, Centro de Investigación Periodística
Caimanes. ¿Qué es eso? Pocos lo saben. Por eso fui junto a mi hija y unos amigos hasta allá: a Caimanes, un pueblo en la comuna de Los Vilos, provincia del Choapa, Cuarta Región. Lo que encontramos fue una comunidad a la que Minera Los Pelambres, del Grupo Luksic, dejó sin agua, como ya ha pasado tantas veces con este tipo de empresas o con las agroindustrias que compiten con las comunidades por el uso de este compuesto vital. Vemos que en Chile son demasiadas las veces que el gallito lo gana la empresa y lo pierde la gente, la que queda –literalmente– seca y defecando en bolsas de plástico. El problema adicional de las mineras es que cuando el agua se mezcla con ácido sulfúrico, ésta es irrecuperable de por vida (el ácido sulfúrico es uno de los compuestos químicos más corrosivos y tóxicos usados para romper la roca y sacar el mineral).

Caimanes es hoy una localidad que tiene agua contaminada e intomable, un tranque de relave que amenaza con derramarse sobre su par de miles de habitantes y que sufre la típica división social que producen estas empresas y sus equipos de intervención. Por supuesto, como pasa siempre, nada se ve del desarrollo y del trabajo que se promete cuando la mega empresa llega con sus camiones, luces, retroexcavadoras y esperanzas de plástico.

Dinero versus destrucción del ecosistema y la tranquilidad comunitaria: la gran disyuntiva o el espejismo con el que se hipnotiza a las poblaciones. Hay una horda de periodistas, sociólogos, antropólogos e ingenieros que han generado un manual o una rutina para meterse en una comunidad y fascinarla con un par de brillos o el tintineo de algunas monedas. Con eso logran enfrentar a hermanos contra hermanos, padres contra hijos o vecinos contra vecinos y, ya implantado el virus de la desconfianza y el miedo, el resto se hace solo.
Caimanes logró oponerse desde mediados de la década pasada a esta invasión sencillamente mortal. Sus habitantes fueron traicionados por unos cuantos dirigentes, como es habitual, pero lograron reaccionar. Tras obtener dos resoluciones de la Corte Suprema para restablecer el curso de agua que abastecía a la ciudad, y ante la negativa  por parte de Minera Los Pelambres a acatar dichas resoluciones, los habitantes se tomaron el camino de acceso a las faenas hace 62 días. Pero la toma es dura y, por supuesto, la empresa juega a cansarlos.

¿Cuánto aguantarán bebiendo agua envasada –los que pueden– o exponiéndose a graves enfermedades –los que no pueden–? ¿Cuánto soportarán sabiendo que este lago de veneno se construyó justo en el cerro y sobre las fuentes subterráneas de agua que, probablemente, ya fueron contaminadas? ¿Cómo seguirán durmiendo, sabiendo que ellos y sus hijos pueden ser arrastrados por esa riada maldita cuando el cerro que está sobre sus cabezas ceda por algún terremoto?

Además de aguantar, sólo les quedan dos opciones: alejarse de sus raíces y lograr una indemnización que nunca va a cubrir el daño real o, simplemente, cansarse y abandonar. La disyuntiva es brutal. De todas maneras, el pueblo está condenado. Sus formas de vida tan comunitarias y peculiares ya han sido arrasadas. Antes de la llegada de la empresa eran un sólo cuerpo: todo se hacía en familia, las casas y los autos quedaban siempre abiertos, y las bicicletas y juguetes, tirados en la calle. Podían confiar. Hoy no es así.
Por la población flotante y la división que provocó la negociación obligada con la empresa, empezaron a conocer las llaves, los candados, las rejas, la desconfianza, la insidia inyectada por los expertos del trabajo sucio social y todas las formas de rumor que, simplemente, terminaron por destruir las bases de su armonía.
Pero hay también buenas noticias: el pueblo logró recuperarse y, después de que unas cinco familias recibieron una jugosa suma para firmar los acuerdos a espaldas de sus representados, reordenó sus fuerzas. Muchos rechazaron el par millones con los que la empresa del Grupo Luksic pretendía cerrarles la boca. Acordaron echarlos transparentemente a un fondo común y, devolviendo las mismas flechas con las que los atacaban, se tomaron entre todos el camino a las faenas. Más de dos meses llevan resistiendo sin que casi nadie sepa, ni de la acción rebelde ni de sus razones.

Las calles se vaciaron en Navidad y en año nuevo: terminaron  todos unidos en la toma, como ya no les sucedía hace demasiado tiempo. Estaban al medio de un camino polvoriento y desolado, pero juntos. Por el tiempo que les quede, pero intensamente juntos.

Ya fueron vencidos el calor, la tierra, la falta de agua, la lejanía de la familia, los conflictos artificiales, los miedos, los riesgos para la salud, las incomodidades, las plagas y lo que se pueda imaginar de un terreno semidesértico y un sistema que los amenaza como nunca. El resultado final no depende sólo de ellos, sino de todos los que podamos difundir este aporreo silenciado y sumarnos a lo que nos afecta o, tarde o temprano, nos afectará personalmente.

Pensemos: si el pueblo de Caimanes no hubiera estado emplazado allí, Luksic y sus intereses no habrían tenido una sola dificultad para plantar un tranque de relaves encima de las fuentes hídricas de esa zona, cortar sus cursos de agua dulce y llenar de ácido todo lo que hubiera querido. Todo sin que nadie se hubiera enterado, porque ni siquiera ese humilde y ensombrecido pueblo hubiera levantado su hilo de voz. Eso está pasando en el mar, en el desierto, en las montañas y en muchas otras lejanías donde nadie lo ve aún; por lo que, ahora que lo podemos sentir gracias a esta comunidad afectada, lo menos que podemos hacer es estar junto a ellos, cuántas veces podamos. Volver a estar juntos como hace muchos años ya no lo sabemos hacer. Intensamente juntos, arrinconados y golpeados, pero juntos hasta donde nos sea posible.

(*) Adolfo Garrido C. es periodista.
 Fuente: Ciper, Centro de Investigación Periodística


EL 8 DE FEBRERO DE 2015 LUKSIC QUIEN NO ACATÓ EL FALLO EN FAVOR DE LA COMUNIDAD ENVÍO PAKOS A CAIMANES


El dueño de $hile, Luksic no acata fallo judicial y mandó a Carabineros a reprimir a la Comunidad de Caimanes

X Radio Francia/Gamba

Un gran contingente de Fuerzas Especiales de carabineros irrumpió en el sector de acceso del Tranque El Mauro, en donde vecinos de la localidad de Caimanes mantienen cortes de ruta, esto tras casi 70 días en donde la comunidad de Caimanes (comuna de Los Vilos) estableció un campamento para que la Minera Los Pelambres cumpla lo sentenciado por la Corte Suprema.
 La acción represiva resultó con 4 personas detenidas, entre ellas un menor de edad y 2 adultos mayores. También fueron destruidas varias cosas que mantenían los vecinos incluyendo generadores de electricidad, televisores, una cocina y la comida que fue botada por carabineros. A pesar de aquello, la comunidad de Caimanes volvió a recuperar su campamento y mantiene los cortes de rutas en resistencia para hacer cumplir el fallo de la Corte Suprema.
(ANDRÓNICO LUKSIC, GRUPO LUKSIC, ENTRE LOS ENRIQUECIDOS DE $HILE, AGRESOR DE LA COMUNIDAD DE CAIMANES, 4ª REGIÓN)

LUKSIC NO CUMPLE UN FALLO JUDICIAL, ACUSA A LAS AUTORIDADES QUE UNOS POBLADORES LO ESTÁN MOLESTANDO Y ESTOS MANDAN A CARABINEROS A REPRIMIR A LOS POBLADORES

CADA DÍA MÁS LINDA LA DEMOCRACIA DE CHILE
Febrero 8, 2015

Fuente: Gamba, La Rebolución de los monos

No hay comentarios:

Publicar un comentario