(Fuente PcpSol) |
ESPAÑA, AHORA SÍ, HA DEJADO DE SER CATÓLICA
X Hugo Martínez Abarca/La Marea/ Enviado X Ana María Díaz
El entierro de la contrarreforma de la ley del aborto es una
victoria clara del movimiento feminista. No sólo del que ha combatido la
reaccionaria propuesta de Gallardón en los últimos años, sino del movimiento
feminista que durante décadas viene combatiendo el dominio machista, las leyes
restrictivas y la cultura del vivan las caenas hegemónica en España durante
siglos y que ponía doble cadena sobre las mujeres. Pero además supone una grave
derrota de la jerarquía católica que ya sí puede ir asumiendo definitivamente
que ha perdido el control moral y cultural sobre la sociedad española.
El aborto no es cualquier cosa para nuestra Iglesia
Católica. Según sus consignas es un infanticidio, el asesinato de más de cien
mil bebés al año. Un horror comparable con el nazismo y mucho peor que
cualquier otro gran crimen que la humanidad haya perpetrado. Y sin embargo… un
gobierno clerical ha tenido que renunciar a prohibir tal horror porque en la
gran mayoría de la sociedad española los apocalipsis anunciados con sotana
causan una mezcla de irritación, hastío y risa.
No es la primera derrota. Que este mismo gobierno no se haya
atrevido a reinstaurar la discriminación a los homosexuales en el matrimonio
civil (¿os acordáis de que la situación actual iba a destruir la familia?) ya
probaba que el estruendo de los torquemadas se oía tanto sólo porque tienen
buenos altavoces.
Más allá de los fracasos del gobierno clerical, todas las
estadísticas nos hablan de una acelerada huida de la sociedad española del
control vaticano. Es muy significativo que dentro de la gente que se casa (que
ya es un sesgo pues muchísimos no católicos vivimos en pareja sin habernos
casado de ninguna forma) ya hay más que se casan por lo civil que por la
Iglesia Católica. Como lo es que entre los menores de 35 años apenas supere el
50% los que se declaran católicos y de ellos no llegue a un 5% (esto es, 2.5%
del total) los que dicen que suelen cumplir la obligación de ir a misa los
domingos.
La Iglesia Católica ha dejado de controlarnos. No debería
ser ningún drama para ellos: nadie les va a obligar a incumplir su moral, sus
costumbres y sus principios, simplemente cada vez les va a resultar más
complicado decirnos qué tenemos que hacer los demás y mucho más mantener los
pecados en el código penal.
Tienen aún mucho poder. Controlan buena parte de la
educación; tienen recursos económicos ingentes gracias a que los gobiernos les
permiten incumplir su promesa de hace 35 años de autofinanciarse y a que se les
regala ingresos por entradas a buena parte de nuestro patrimonio cultural (que,
eso sí, restauramos entre todos, como tiene que ser). Gozan de presencia
exclusiva en espacios públicos (capellanes militares, capillas católicas en
recintos públicos, estos días descubriremos si aún hay biblias y crucifijos en
la toma de posesión de ministros…), se prohíbe que los ateos y los laicos
expresemos nuestras ideas cuando vienen papas o los católicos deciden que son
fechas sagradas… Pero esto ya sólo obedece a que nuestros gobiernos han estado
entregados (unos más y con más entusiasmo; otros, el de Zapatero, menos aunque
también) y les han prestado! una posición de dominio que no sólo no se merecen
sino que ha sido nociva, ha generado atraso, falta de libertades, triunfo de la
superstición frente a la razón y siempre discriminación a las mujeres, a los
homosexuales, lesbianas, a los diferentes.
España sigue concediendo un poder ilegítimo a la jerarquía
católica, pero no porque los españoles sigan siendo sumisos y obedientes a sus
soflamas sino porque nuestros gobiernos son dóciles a los poderes ilegítimos
vengan de donde vengan; y este poder viene de ese pasado nacional-católico que
no se quiso conjurar. España ha dejado de ser católica. Ahora falta que el
Estado español se entere.
Fuente: LA MAREA
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