Al Secretario General de
la ONU,
el Sr. Ban Ki-moon
A los Estados integrantes del Consejo de Seguridad de
la ONU
A los Estados integrantes del Grupo de Países de Apoyo a
Haití
A los gobiernos y parlamentos de los países con tropas militares ocupando Haití
A las instituciones de la integración latinoamericana y caribeña
A los pueblos del mundo
Ref: Rechazo a la renovación del mandato de la MINUSTAH en Haití
El próximo 15 de octubre de 2014, vence el mandato anual de
la Misión de las Naciones
Unidas para
la
Estabilización de Haití (MINUSTAH), establecida en 2004
después de la remoción ilegal de un presidente elegido democráticamente. El día
anterior, el 14 de octubre, el Consejo de Seguridad de
la ONU decidirá si renueva una
vez más, la permanencia de esta fuerza de ocupación que en un principio se
preveía para sólo seis meses, pero que se ha mantenido hasta ahora. ¡10 años de
ocupación BASTA! En toda América Latina, el Caribe y otras partes del mundo,
movimientos populares, organizaciones y entidades de la sociedad civil, sindicatos,
parlamentarios y políticos progresistas nos solidarizamos con la resistencia
del pueblo haitiano y exigimos a
la
ONU y a los gobiernos que envían soldados, el retiro
inmediato de todas las tropas extranjeras que ocupan el país caribeño y el fin
de
la MINUSTAH.
Esta no es la primera intervención de las potencias
occidentales en Haití, colonizado por Francia hasta 1804 y invadido por los
Estados Unidos entre 1915 y 1934.
La
ONU también ha intervenido en el país con dos misiones de sus
"fuerzas de paz" en 1991 y 1994, anterior a la ocupación actual,
cuyos objetivos declarados - la estabilización y la promoción de los derechos
humanos - no se lograron. Hoy, una década después de la llegada de
la MINUSTAH, Haití tiene una
sociedad de ninguna manera "estabilizada". Enfrenta una crisis
sistémica que ha empeorada con la ocupación, con grave deterioro de la vida
institucional e incluso una creciente violencia debida, entre otros factores,
al aumento del tráfico de drogas hacia el mercado norteamericano. Por otra
parte, en lugar de defender los derechos humanos, los soldados de
la MINUSTAH se convirtieron
en abusadores: violaciones, represión de manifestaciones, abuso de autoridad,
interferencia en el proceso electoral, entre otros actos inaceptables
ampliamente documentados.
Otro de los efectos adversos más graves de esta ocupación militar ha sido la
introducción de la bacteria que causa el cólera por las fuerzas de
la ONU en 2010, causando una
epidemia que, hasta ahora, ha cobrado 9.000 vidas haitianas y dejado un rastro
de 730.000 infectados en el país. Para 2014 se prevé 45.000 nuevos afectados e
incontables muertes más, mientras las inversiones hechas para erradicar la
epidemia y cumplir con el derecho humano al agua potable son totalmente
insuficientes. El presupuesto anual de
la MINUSTAH para el 2014 es de USD 600 millones,
pero se proyectan sólo USD 121 millones para la lucha contra el cólera – sin
ninguna certeza acerca de su eventual entrega -, dato que revela las
prioridades poco humanitarias de la comunidad internacional.
Hasta el momento, ni
la ONU
ni los países participantes de
la
MINUSTAH han reconocido su responsabilidad en la crisis
social provocada por la epidemia, pese a las peticiones explícitas del Experto
Independiente de
la ONU
sobre Derechos Humanos y Haití, entre otros. Por lo que un grupo de abogados
que representa a las familias de las víctimas ha presentado una demanda en el
tribunal federal de Nueva York, exigiendo la indemnización de las víctimas y
sus comunidades y reparaciones para los daños cometidos en contra del país. El
23 de octubre, los haitianos se presentarán en una audiencia del tribunal de
Manhattan y se espera que la justicia norteamericana no acepte la defensa de la
inmunidad diplomática, argumentada por
la ONU para mantener su impunidad ante el
empeoramiento de la crisis humanitaria en Haití.
Las fuerzas de "estabilización" reprimen los sindicatos y movimientos
sociales locales que luchan por mejores salarios y condiciones de vida para las
/ los trabajadores haitianos, ayudando a las empresas transnacionales para que
siguen explotando la mano de obra barata haitiana. El acaparamiento de tierras,
riquezas naturales y de los resortes estratégicos de la economía por parte de
éstas también ha sido directamente favorecido por la presencia de
la MINUSTAH. En los
meses de agosto y septiembre de 2014, una nueva ola de represiones de
la MINUSTAH a las
manifestaciones populares se produjo en Puerto Príncipe cuando las mujeres que
tuvieron hijos con soldados de
la
ONU protestaron por los militares que se marcharon del país
sin dejar una dirección postal o asistencia financiera a los hijos que tuvieron
durante su período de servicio en Haití.
Próximo a cumplirse el centenario de la primera invasión estadounidense a
Haití, repudiamos el hecho que los gobiernos y parlamentos de nuestros países
aceptan participar en la tercerización de esta nueva ocupación y el proceso de
recolonización en marcha, haciendo caso omiso de la voluntad del pueblo de ese
país y los dos pedidos del Senado haitiano. Por todo ello, exigimos el retiro
inmediato de las tropas de ocupación militar de la sociedad haitiana y el fin
de la tutela internacional sobre Haití. Reclamamos sobre todo a los gobiernos
de América Latina (responsables de la mayor parte del contingente de
la MINUSTAH) y del Caribe,
apoyo para la generación de una verdadera fuerza de solidaridad entre nuestra
región y el pueblo de Haití.
Desde 2005, movimientos sociales y organizaciones populares de nuestra región y
el mundo, promueven visitas y acciones de solidaridad, actos y campañas para la
liberación del pueblo haitiano de esta forma actual de dominación. Hoy, al
cumplirse diez años del nuevo ciclo de intervenciones militares y económicas,
exigimos el reconocimiento del fracaso de la misión de
la ONU, su terminación y la
reparación de los crímenes cometidos. Haití precisa que la comunidad
internacional escuche a su pueblo y apoye sus propuestas para la defensa de sus
derechos y la reconstrucción de su país. Precisa solidaridad para la salud, la
soberanía alimentaria, el agua, la educación, la vivienda - pero no tropas
extranjeras. Haití precisa, sobre todo, la libertad e independencia para que
sus fuerzas populares construyan la democracia haitiana y distribuyan la
riqueza de su país.
¡Todo el apoyo a los movimientos sociales haitianos!
¡Basta ya de ocupación militar de la vida!
MINUSTAH fuera de Haití!
Primeros firmantes:
Jubileo Sur / Américas
Jubileo Sur Brasil
Instituto de Alternativas Políticas para el Cono Sur (Río de Janeiro, Brasil)
Diálogo 2000 – Jubileo Sur Argentina
Enviar sus adhesiones a:
haiti.no.minustah@gmail.com
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