La Carretera de las Lágrimas
La violencia, el racismo y la pobreza afectan
desproporcionadamente a las mujeres aborígenes en Canadá, las cuáles según las
estadísticas, tienes mayores probabilidades de morir de forma violenta que
las mujeres no aborígenes.
Mapa: Highway of Tears |
A lo largo de las últimas décadas al menos 580
mujeres de ascendencia indígena han desaparecido o han sido asesinadas
en Canadá. Alrededor de 40 de los casos documentados han sucedido en la
tristemente conocida comoCarretera
de las Lágrimas, un tramo de unos 800 km. de la autovía 16. El recorrido de
esta carretera pasa por numerosas comunidades aborígenes entre los estados de
Manitoba y la Columbia Británica, dónde reside una gran parte de la población
nativa. Según diversos estudios, el componente racial unido a la pobreza
aumenta el riesgo al que se exponen las mujeres canadienses de ser agredidas,
secuestradas o asesinadas.
El desplazamiento de las tierras indígenas es la causa
principal de la marginación y la vulnerabilidad económica de las mujeres
nativas que hoy en día representan el 42,7% de la tasa de pobreza canadiense. Los desplazamientos
destruyen la forma tradicional de vida y perjudican la habilidad de los pueblos
aborígenes de auto-sustentarse a sí mismos. Así, muchas mujeres se ven
obligadas a dejar sus comunidades de origen – y a menudo, a sus hijos- para
encontrar un trabajo o continuar con sus estudios en centros urbanos. De esta
forma, también dejan atrás una parte de su cultura en la lucha por encajar en
un entorno de trabajo no-aborigen y se ven arrojadas a trabajos precarios, a
viviendas en zonas inseguras o marginales de las ciudades, y a la
desigualdad y el racismo sistémico forjado a base de años de
políticas discriminatorias.
Las mujeres aborígenes conforman tan sólo un 4% de la
población total femenina canadiense, pero según un informe de la Canadian Feminist Alliance for International Action, una de
cada diez mujeres asesinadas es joven, aborigen y residente en una ciudad del
oeste, lo cual hace que la cifra sea significativamente alta. El mismo
informe cita que las mujeres aborígenes tienen más posibilidades de ser
asesinadas por un extraño que las no indígenas y, finalmente, que la policía
interviene menos frecuentemente y más tarde en los casos de mujeres
aborígenes, el 70% de los cuales quedan sin resolver.
La huella de las políticas asimilacionistas derivadas
de la colonización europea que implicaron la ruptura de lazos familiares,
la destrucción de la cultura, el desplazamiento de tierras reservadas o el
desplazamiento forzado de mujeres después de contraer matrimonio, están
relacionadas con la actual vulnerabilidad de las mujeres y de los niños
aborígenes que hoy en día siguen afrontando retos básicos como la supervivencia
o la seguridad.
La colonización y el Acta India
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Imagen:
Colonization and The Treaties
Si bien la convivencia entre los pueblos originarios y la
corona británica se determinó mediante acuerdos de coexistencia pacífica
establecidos por ley y realizados en supuestas condiciones de igualdad a partir
de 1781, el verdadero control gubernamental sobre las vidas de los pueblos
nativos empieza en 1876 cuando el gobierno federal aprueba el Acta India, que establece el estatus social inferior de los
pueblos aborígenes.
El Acta India regula casi todos los aspectos de la vida de
los aborígenes confinados en reservas propiedad de la Corona y bajo la tutela
del Estado. Al carecer de estatus legal y derechos civiles propios, se les
impide votar, se les deniega el amparo a los tribunales de justicia, no se les
permite poseer o comerciar con propiedades o desarrollar ningún tipo de
actividad comercial o de cualquier otra índole y es también el gobierno en
última instancia, quien decide quién puede considerarse indígena y quien otorga
el estatus como tal.
Hasta entonces, en muchos de los sistemas tradicionales
nativos las mujeres disfrutaban de la plena participación en la vida familiar y
en el matrimonio, en la política, en la toma de decisiones y en la vida
ceremonial. Las leyes federales introdujeron cambios que debilitaban
discriminadamente los derechos de las mujeres en las comunidades locales
reduciendo así su autonomía y sus roles tradicionales. Por ejemplo, si una
mujer nativa se casaba con un hombre no aborigen, perdía su estatus y con él
sus derechos como indígena, no así en los matrimonios formados por hombres
indígenas con mujeres no aborígenes.. O bien, si una mujer se casaba con un
hombre de otro grupo nativo perdía los derechos como indígena de su nación de origen
y se la borraba de dicho registro para inscribirla en la nación de su marido.
El efecto inmediato y a largo plazo fue la reducción del
nombre de estatus indígenas, la imposición del sistema patrilineal europeo y
la elevación del poder y la autoridad de los hombres en lugar de las mujeres en
el seno de las comunidades. El resultado fue una grave alteración de los
sistemas familiares tradicionales, de patrón descendiente matrilineal y
matrilocal, a patrones de residencia post-maritales. Además, personificaba e
imponía el principio de que las mujeres indígenas y sus hijos, al igual que las
mujeres europeas y sus hijos, quedaban sujetas a sus padres y maridos.
El legado de las escuelas residenciales
Imagen: Canada’s Shame / Media Indigena
A partir de 1883 el gobierno canadiense pone en marcha el
sistema de escuelas residenciales para niños aborígenes quetenían como objetivo
eliminar la cultura de los pueblos nativos. Entre 1883 y 1994, más de 150.000
niños y niñas aborígenes fueron separados de sus familias a partir de los seis
años. Todos ellos sufrieron abusos físicos, psicológicos, sexuales, emocionales
y espirituales. Se estima que los castigos corporales, la tortura física, la
inanición, la esterilización forzada, la exposición deliberada a enfermedades y
la negación y negligencia médica fueron causantes de la muerte de al menos
50.000 niños aborígenes que jamás volvieron a sus hogares mientras
que los supervivientes tuvieron que afrontar duras secuelas psicológicas y
sociales tales como adicciones, alcoholismo, dependencia, baja autoestima,
suicidio, prostitución, abuso sexual y violencia.
Movilización social
Imagen: No more Stolen Sisiters / Amnesty International
Ante la descoordinación y la falta de medidas tomadas por la
policía, han sido las organizaciones civiles y humanitarias,
especialmente las
indígenas, quienes han puesto en marcha las
investigaciones sobre las mujeres desaparecidas mediante el
acercamiento y la colaboración con las familias de las víctimas, la creación de
bases de datos de recogida de información, y han conseguido protocolos de
actuación policial apropiados gracias a que Amnistía Internacional dio a
conocer el asunto a la opinión pública nacional mediante el informe Stolen Sisters en el año 2004.
Es por ello que desde el año 2005 se organizan vigilias y
marchas cada 4 de octubre, en el aniversario de la desaparición y el asesinato
de Gladys Tolley, que han dado como resultado cierta
visibilización del feminicidio indígena entre la opinión pública
canadiense y que han conseguido que la sociedad civil presione al gobierno
federal para que actúe y realice una investigación para esclarecer los
asesinatos y promover el derecho a la seguridad de todas las mujeres,investigación
a la cual por el momento, la administración de Harper sigue siendo renuente.
Imagen de Portada: First Contact / Por Ange Sterritt
en Stolen Sisters Digital Initiative.
Fuente: red pulchetun
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