DDHH-UGANDA: Homosexuales fugitivos en su propio país
x Evelyn Matsamura Kiapi/ IPS, Inter Press Service Agencia de Noticias
KAMPALA, 1 feb 2010 (IPS) - Cada mañana, la ugandesa Pepe
Julian Onziema se despierta sin saber si vivirá para volver a ver el sol. Es
transgénero y vive temiendo por su vida, a causa de una campaña nacional contra
las personas homosexuales en su país.
Aunque ella no ha hecho nada malo, vive como una fugitiva,
siempre alerta para evitar problemas.
Pasa sus días con miedo, y apenas oscurece se encierra en su
apartamento de Ntinda, un suburbio de Kampala donde vive con su pareja.
Onziema es una conocida activista y coordinadora de
programas nacionales de Minorías Sexuales Uganda, red de organizaciones que
defienden los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros. Por este
motivo ha aparecido varias veces en programas de televisión. Pero esto no ha
hecho su vida más fácil.
Como les ocurre a otras personas de estas comunidades en su
país, Onziema ha sido arrestada, escupida, atacada, insultada e incluso
apedreada por sus vecinos.
No puede sentarse tranquilamente en un restaurante por temor
a que la reconozcan y la hagan salir del lugar, y ni siquiera puede usar el
transporte público. Algunos tabloides la han listado entre los miembros de la
"sociedad inmoral" de Uganda. Y cuando se comete un delito contra
ella, no puede reportarlo a la policía porque en su país las relaciones
sexuales entre dos personas del mismo género son ilegales, y porque la
discriminarían.
"Como homosexuales vivimos en un mundo loco. Realmente
estamos sufriendo", dijo Onziema.
En los últimos meses, una campaña contra lesbianas, gays,
bisexuales y transgéneros ha intensificado la discriminación.
La campaña es dirigida por un sector del Poder Legislativo y
por líderes religiosos. El año pasado, el principal clérigo musulmán de Uganda,
jeque Ramathan Shaban Mubajje, exigió que las personas de estas comunidades
fueran rodeadas y exiliadas en una isla del lago Victoria hasta que murieran.
El pastor pentecostal Martin Sempa, de la Iglesia de la
Comunidad Makerere, lidera una coalición de iglesias cristianas contra la
homosexualidad. También organiza regularmente manifestaciones y campañas contra
lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros en programas de radio y televisión.
En 2008, el tabloide The Red Pepper listó a presuntos
homosexuales ugandeses en un intento por "avergonzarlos", y el
periódico The Observer publicó un artículo sobre "Cómo reconocer a un gay
ugandés".
A consecuencia, presuntos integrantes de la comunidad
homosexual fueron desalojados por señores de la tierra, y a algunos les
incendiaron sus casas. Algunas lesbianas fueron violadas por hombres que
argumentaron que les estaban enseñando "cómo ser una mujer". Pero
cuando se cometen estos delitos, muchos no los reportan. Como Onziema, las
víctimas temen que la policía los arreste y detenga por ser gays.
"Cuando amanece rezo para que no haya personas gays en
problemas. Ni siquiera puedo dormir adecuadamente. No puedo apagar mi teléfono
porque alguien puede necesitar ayuda. Una puede salvar una vida", dijo.
TRAUMA
Como activista, Onziema ha sido detenida por la policía por
lo menos cuatro veces. Luego de uno de los arrestos, la policía no pudo
identificar fácilmente su género, así que le practicó un examen físico forzado.
"En cierto punto, dos mujeres policías ingresaron a mi habitación,
mientras que un hombre se paró junto a la ventana. Me pidieron que me
desvistiera. Como yo dudaba, una de las mujeres decidió quitarme mis calzones y
tocó mis partes privadas", relató.
Fue una experiencia traumática que ocurrió luego de que Onziema
fue detenida por protestar pacíficamente en una reunión internacional sobre el
VIH/sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), realizada en junio de 2008
en Kampala. Los manifestantes estaban en contra de declaraciones formuladas por
el director de la Comisión de Sida de Uganda, Kihumuro Apuuli, en cuanto a que
no se destinarían fondos a programas de lucha contra el VIH dirigidos a hombres
que tenían sexo con otros hombres.
DOBLE ESTIGMA
Aunque se considera que los hombres que tienen sexo con
hombres son población con alto riesgo de contraer y transmitir el VIH (virus de
inmunodeficiencia humana, causante del sida), no hay programas deliberados que
los incluyan en la respuesta nacional contra el sida.
"Yo trabajaba como asesora en temas de VIH y me despidieron
porque ayudaba a parejas del mismo sexo", dijo Onziema.
Muchas personas homosexuales también temen someterse a
análisis de VIH e incluso asesorarse, debido al doble estigma que implica
pertenecer a una minoría sexual y ser VIH positivo.
EL PROYECTO
El sexo entre dos personas del mismo género es un delito
castigable con cadena perpetua en el país, según disposiciones del Código Penal
y la Constitución de 1995.
En abril de 2009, el ministro de Ética e Integridad, Nsaba
Buturo, declaró que las leyes actuales eran insuficientes para combatir la
homosexualidad, que describió como "inmoral y poco africana".
Poco después, el legislador David Bahati presentó en el
parlamento un proyecto de Ley Anti-Homosexual que "aspira a fortalecer la
capacidad de las naciones de abordar amenazas emergentes, internas y externas,
a la tradicional familia heterosexual".
De aprobarse esa iniciativa, ser lesbianas, gays, bisexuales
y transgéneros será un delito. El proyecto también penaliza los matrimonios
homosexuales.
Pero lo más controvertido es la sentencia de muerte impuesta
por el delito de "homosexualidad agravada", en que un homosexual VIH
positivo mantiene relaciones sexuales con alguien menor de 18 años o poseedor
de alguna discapacidad. Si alguien es atrapado manteniendo reiteradamente sexo
no heterosexual, se lo clasificará como delincuente serial y también se lo
condenará a muerte.
Buturo acusó a organizaciones internacionales de derechos
humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional de apoyar las relaciones
homosexuales financiando a entidades de promoción de lesbianas, gays,
bisexuales y transgéneros en Uganda.
Ahora el proyecto penaliza a toda organización no
gubernamental que apoye las actividades de esas comunidades, incluyendo una
disposición que revoca sus licencias.
No sólo los homosexuales y las organizaciones de derechos
humanos del país se oponen fuertemente al proyecto. También lo hacen líderes
políticos y entidades internacionales.
El presidente Yoweri Kaguta Museveni siempre criticó abiertamente
la homosexualidad. Incluso apoyó fuertemente la iniciativa en sus discursos.
Sin embargo, en una reunión el 13 de enero con los miembros
de su partido Movimiento por la Resistencia Democrática, Museveni dijo que no
respaldará un proyecto de ley que impone la sentencia de muerte por el delito
de "homosexualidad agravada".
No hay comentarios:
Publicar un comentario