Las mujeres y el género en Iraq: entrevista a Zahra Ali
Entrevista realizada X Elodie Descamps/Investig action/22 de
julio de 2016
Zahra Ali, socióloga especializada en el estudio de la mujer
y del género en relación con el Islam y Oriente Próximo, está a punto de
publicar un libro sobre “las mujeres en el Iraq después de Sadam”. La autora
estudia la evolución del marco jurídico relativo a la mujer desde la formación
del Estado iraquí al periodo posterior a la invasión estadounidense. Aunque
esta invasión exacerbó las tensiones etno-confesionales ya presentes en el seno
del país, también contribuyó a crear una visión retrógrada de los derechos de
las mujeres en la sociedad. De este modo, Zahra Ali reivindica la necesidad de
“descolonizar el feminismo” e invita a tener en cuenta la complejidad de los
contextos de emergencia en el análisis de los movimientos sociales. Al suprimir
las cuestiones políticas y económicas en la interpretación de los fenómenos
sociales y al tratar las consecuencias sin analizar nunca las causas, los
medios de comunicación crean miedo y división ahí donde deberían unir.
Dentro de poco va a publicar una obra sobre el tema de «las
mujeres en Iraq después de Sadam» donde examina el activismo político de las
iraquíes y la evolución de la cuestión del género en el seno de la sociedad.
¿Cuál es la conclusión principal de este trabajo de campo?
Si nos remontamos un poco en la historia se constata
de entrada que la formación del Estado iraquí por el imperio británico se hizo
excluyendo a la mayoría de la población. En aquella época las mujeres estaban
«tribalizadas».
Dicho de otra manera, únicamente se tuvo en cuenta a las
mujeres de la elite urbana cercana al poder colonial y se relegó a ser
ciudadanos de segunda categoría a los hombres y las mujeres de los medios
rurales que, sin embargo, eran la mayoría del país. Las mujeres de los medios
rurales fueron las más desfavorecidas en esta configuración ya que no disponían
de derechos jurídicos formales.
En el periodo revolucionario de 1958, marcado por la lucha
contra el imperialismo británico y una militancia comunista que dominaba el
paisaje político, las mujeres se van a organizar en un movimiento de defensa de
los derechos de las mujeres.
Es en este contexto donde aparece el Código del Estatuto
Personal, que representa el marco jurídico del conjunto de los derechos de las
mujeres, como la herencia, el matrimonio, el divorcio, etc. Se establece en
1959 y revela dos cosas. En primer lugar, la unidad de la nueva «nación»
iraquí, puesto que el Código une las jurisprudencias sunní y chií. A
continuación, una visión muy progresista de los derechos de las mujeres, ya que
en esta época es el código más avanzado de la región de Oriente Próximo en
materia de derechos de las mujeres. De hecho, en su elaboración participaron
militantes del movimiento de las mujeres.
¿Evolucionó este Código del Estatuto Personal en el curso de
los diferentes regímenes?
En la década de 1970 el régimen quería poner de relieve una
ideología nacionalista y moderna. El Código se modificó entonces varias veces y
de manera muy progresista reforzando el derecho al divorcio para las mujeres o
prohibiendo los matrimonios al margen del tribunal, por ejemplo.
Más adelante, en la década de 1990, cuando Sadam se presenta
como un líder «musulmán» y lanza su «Campaña de fe» con el trasfondo del
embargo y la crisis política, social y económica del país, se volverá a modificar
el Código a favor del conservadurismo. Por ejemplo, se van a tolerar los
llamados crímenes de honor.
En 2003 el régimen de ocupación estadounidense
institucionalizará el comunitarismo. La sociedad iraquí, que ya estaba herida
por décadas de guerras, de autoritarismo y de sanciones internacionales, verá
cómo se le impone un sistema político basado en la pertenencia
etno-confesional.
Las identidades etno-confesionales en Iraq ya eran objeto de
tensiones vinculadas a las políticas nacionalistas excluyentes y genocidas de
Sadam Husein, sobre todo contra la población kurda y chií. Con la invasión
estadounidense en 2003 estas tensiones se van a llevar a su paroxismo.
Es como si en Francia o Bélgica se institucionalizara el
racismo; las consecuencias de ello son fáciles de imaginar. En Iraq se cayó en
la guerra civil y desde 2003 no ha terminado el ciclo de violencia.
¿Qué impacto tuvo la invasión estadounidense sobre este
Código?
En este contexto de fragmentación extrema la elite política
chií en el poder va a proponer una confesionalización del Código del Estatuto
Personal, siguiendo el ejemplo del Código de familia libanés, de manera que
cada confesión se rigió por su propio código. Este periodo estuvo marcado tanto
por un aumento del conservadurismo social y religioso como por una violencia
confesional generalizada.
Por consiguiente, la reforma del Código va a suponer un
auténtico cuestionamiento de los derechos jurídicos elementales de las mujeres,
pero también de toda la herencia revolucionaria de izquierda. Se trata de una
verdadera regresión en lo que concierne a la igualdad de tratamiento de las
mujeres y de los ciudadanos de todas las confesiones.
En definitiva, al igual que en la época colonial, la
ocupación e invasión estadounidenses impusieron una vez más su propia visión de
la sociedad iraquí, una visión comunitaria y arcaica. Hoy esta visión sigue
siendo el origen de la fragmentación de la ciudadanía y del territorio
iraquíes, al norte los kurdos, al oeste DAESH y al sur los chiíes.
Esta fragmentación tiene un carácter de género y las
cuestiones referentes a los derechos de las mujeres desempeñan un papel
fundamental en ella. El régimen de ocupación las instrumentaliza en una
retórica neocolonial que pretende «liberar a las mujeres». Pero también las
instrumentalizan las fuerzas políticas conservadoras que siguen el juego de las
identidades confesionales bajo el pretexto de una supuesta «autenticidad
islámica».
En sus obras habla mucho de la necesidad de «descolonizar el
feminismo», ¿qué entiende por esta expresión?
Descolonizar el feminismo significa a la vez reivindicar
unos modelos alternativos de lucha contra el patriarcado, emancipados de las
normas de las feministas hegemónicas blancas y burguesas, y también rechazar
todo esencialismo. Hay que entender que los feminismos toman forma en y a
partir de sus diferentes contextos y no a partir de unos modelos de
emancipación predefinidos. Se trata de una emancipación contra todas las formas
de opresión, ya sean de raza o de clase.
En su opinión, la religión no se puede entender ni definir
fuera del contexto. ¿Puede decirnos algo más sobre ello, quizá poniéndonos
algunos ejemplos concretos?
Entender la religión fuera de aquellas personas que la
practican y la reivindican, y no situar a estas personas es caer en el
esencialismo. Es decir, se hace existir lo religioso como una esencia que se
sitúa fuera de sus diferentes realidades de práctica y de expresión.
En mis investigaciones he demostrado que lo religioso
siempre ha estado imbricado en cuestiones de nacionalismo y de régimen
político. Si en la década de 1950 lo religioso se interpretó y practicó de
manera bastante igualitaria y progresista, sobre todo en materia de los
derechos de las mujeres, después de la ocupación lo dominante es una lectura
confesional y conservadora.
Hay que volver a los contextos que desarrollé antes para
comprender por qué se interpreta el Islam de determina manera en una época dada
y de manera diferente en otra época.
Se observa en nuestros medios de comunicación y en nuestros
políticos una tendencia a reproducir un discurso islamófobo, por ejemplo,
relacionando directamente yihadismo e islamismo. ¿Cómo interpreta usted este
discurso y qué retos presenta?
Este discurso es producto de esta esencialización del Islam.
En vez de contextualizar y de mirar en su complejidad los grupos y movimientos
en cuestión, se les mete a todos en el mismo saco diciendo que es a causa del
Islam y del fundamentalismo religioso.
En el fondo, este discurso mediático y el discurso yihadista
coinciden. Los grupos que utilizan el Islam para justificar sus actos de
violencia y quienes interpretan esta violencia como un producto del Islam
tienen en común esta misma esencialización del Islam.
De lo que se trata es del culturalismo y el racismo. En vez
de interpretar un fenómeno social utilizando unos esquemas analíticos que
implican cuestiones sociopolíticas y económicas, se crea un esquema a medida:
la causa y las consecuencias son idénticas. Sería a causa del Islam, debido a
su fundamentalismo. Analizando de esta manera no se avanza mucho y lo único que
se hace es crear odio y racismo.
Militante desde los 15 años, Zahra Ali fue una de las
fundadoras del Colectivo Feminista para la Igualdad. En 2011 dirigió Féminismes
Islamiques, la primera recopilación de trabajos feministas musulmanes publicada
en Francia. Es investigadora de la Universidad Chester de Reino Unido y de
IFPO-Iraq, y está a punto de publicar su tesis, Les femmes et le genre en Irak:
entre construction nationale et fragmentation [Las mujeres y el género en Iraq:
entre construcción y nacional y fragmentación].
Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos para
Rebelión
Fuente: www.investigaction.net
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Fuente: Investigación.net http://www.investigaction.net/es/las-mujeres-y-el-genero-en-iraq-entrevista-a-zahra-ali/
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