¿Quién –o quiénes- ordenaron el asesinato
de Macarena?
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victoria aldunate
“Alguien
suspendió ese cadáver. El cuerpo estaba sin ningún signo de ahorcamiento, ni
siquiera de ruptura capilar”, explica el doctor Luis Ravanal Zepeda quien llevó
a cabo el peritaje del cuerpo exhumado de la activista mapuche Macarena Valdés
Muñoz el día 30 de octubre de 2017 en el Servicio Médico Legal (SML) de
Santiago, a un año dos meses de haber sido enterrada. El experto prosigue: “Si
le aprietan el cuello a alguien -para que se entienda- queda marcado, queda un
moretón. Acá no había ningún signo de hemorragia”.
El
informe del doctor Luis Ravanal Zepeda, Master en Medicina Forense y experto en
Medicina Legal entre otros títulos -el mismo experto cuya participación en el
caso fue cuestionada por las instituciones del estado que imparten justicia-
tiene 18 páginas. Se señala que es el “R.I.
N°1130 de autopsia caso Yudy Macarena Valdés Muñoz”, y que es un “informe de
Autopsia de Exhumación a petición de la abogada señora Manuela Royo Letelier” (quien fue la primera abogada
que llevó la causa de Rubén Collío, su familia y su comunidad).
El
informe de Ravanal asociado a la causa RUC N°1600790791-9 de la Fiscalía Local
de Panguipulli sobre Macarena, concluye entre otras cosas que no existen “signos objetivos que permitan sustentar que
la víctima se hubiese encontrado con vida al momento de ser suspendida por un
cordel o lazo a nivel cervical”, que “se descarta la presencia de signos de
infiltración hemorrágica en la zona en donde se localizaba el surco cervical de
ahorcamiento, por lo que se puede considerar que se trataría de la suspensión
cervical por lazo de un cadáver, no de un individuo vivo”. Por otra parte,
el informe histopatológico solicitado por Luis Ravanal a la doctora Carmen
Cerda Aguilar, anatomopatóloga del Departamento de Medicina Legal de la
Universidad de Chile resume: “No se evidenciaron signos de lesiones vitales en
ninguno de los exámenes practicados”.
La de Macarena fue una muerte violenta
Macarena
no murió por trauma, no murió intoxicada y tampoco de muerte natural, sus
órganos estaban sanos. “La opción que queda es una muerte violenta” declara
Luis Ravanal: “Eso puede ser asfixias por sofocación y asfixias mecánicas, o
sea, por algún mecanismo que impide la respiración. Puede ser con la mano, con
una almohada, con una maniobra de inmovilización que sofoca a la persona al no
poder expandir su caja torácica”.
Macarena no se
colgó, ya estaba muerta. La mataron. Hubo participación de terceras personas. Pero
no hay causa de muerte, y es que mientras más tiempo pasaba más se deterioraba
la evidencia. La Fiscalía lo sabía. Incluso a un mes del asesinato de Macarena
el 22 de agosto de 2016 en Liquiñe, el fiscal subrogante de Panguipulli, Pablo
Silva ya se aventuraba a descartar el homicidio y/o “la eventual participación
de terceros”[1].
Para Luis Ravanal “El
cuerpo debería haberse exhumado cuanto antes, la demora fue mucha y cuando
hicimos el peritaje ya estaba en un avanzado estado de putrefacción. Y esa es falencia
en la investigación criminal, o sea de la Fiscalía, no del SML”.
Verdad obstruida constantemente
El
informe de Luis Ravanal también denuncia que no contó con la debida “colaboración
durante la realización de la autopsia”, ni “de personal auxiliar técnico, ni
médico de dicho servicio”; que tuvo “un limitado y en malas condiciones
instrumental quirúrgico”, que “no existía en la sala de autopsia instrumentos
en funcionamiento que permitiesen pesar los órganos” y que “sólo intervienen
una fotógrafa del Servicio Médico Legal y mi asistente a cargo. La Doctora Vivian
Bustos Baquerizo –perito de Carabineros y del SML- no participa del
procedimiento de autopsia y a ella se le entrega al término de la exploración,
muestra de piel cervical para estudio histológico”, esto para una “contra
muestra”, es decir que las muestras fueron en duplicado, unas fueron a un
laboratorio neutral (privado) y otras al institucional.
Mataron a Macarena justo al día
siguiente de la amenaza de dos hombres en un vehículo con logo de RP Global Chile Energías Renovables S.A., trasnacional austro-chilena y parte de Saesa. Una empresa que destruyó un cementerio mapuche para colocar su sala
de máquinas, que instala centrales de paso, que viola terrenos de las
comunidades mapuche contraviniendo el Convenio 169 de la OIT al cual el Estado
chileno está suscrito, que instaló torres de alta tensión en la comunidad de
Macarena, Newen de Tranguil (Región de los Ríos), y a la cual Macarena se opuso
activamente junto a su comunidad. Rubén Collío, su compañero de vida también
activista y werken de la comunidad pregunta: “¿Por qué la mataron? ¿Por qué han
entorpecido institucionalmente el caso? ¿Por qué trataron de cerrar la investigación
dos veces? ¿Quién está detrás de este montaje?”.
[1]
“Descartan participación de terceros en
muerte de pareja de líder mapuche en Panguipulli”. Sábado 26 de noviembre de
2016, Agencia UNO, Publicado por Nicole Briones. La Información es de Carlos
López. http://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-de-los-rios/2016/11/26/descartan-participacion-de-terceros-en-muerte-de-pareja-de-lider-mapuche-en-panguipulli.shtml