FMI, BCE y Comisión sugieren que el plan griego es
suficiente. Los griegos reciben con decepción lo que les propone Tsipras
tras seis meses de perder dinero, empleo y tiempo
Enviado X Marta/ Periodista Digital
El primer ministro logra de madrugada y gracias a la
oposición europea la luz verde de el Parlamento griego para llevar a Bruselas
un compromiso político firme.
El visto bueno de las tres instituciones era condición
indispensable para que el Eurogrupo de este sábado y la cumbre del domingo
sigan adelante con el tercer programa de ayuda a Grecia.
El Gobierno de Syriza ha conseguido durante la madrugada de
este sábado 11 de julio de 2015 el visto bueno del Parlamento a la propuesta
que había enviado a Bruselas la víspera, y que será discutida este fin de
semana con los socios europeos.
Con 251 votos a favor en una Cámara de 300 diputados,
Tsipras logra la luz verde a su última propuesta, casi idéntica a la rechazada
en referéndum el pasado domingo por el 61,3% de los votantes y que contempla
recortes por valor de 12.000 millones de euros a cambio de un rescate a tres
años de 53.000 millones.
Este apoyo masivo se ha visto, no obstante, empañado por la
rebeldía de 17 de los 149 diputados de Syriza, de los cuales sólo dos votaron
en contra del texto, mientras que el resto se abstuvieron o faltaron a la
votación (como el exministro de Finanzas Yanis Varoufakis).
Las autoridades bancarias acordaron mantener el cierre de
los bancos una semana más.
Tras conocerse el nuevo paquete de reformas la noche del
jueves al viernes, miles de internautas helenos hicieron duras críticas al
Gobierno en la red social Twitter convirtiendo el hashtag #ExplainNoToTsipras
en trending topic en Grecia.
“Desde luego yo no sé por qué razón se ha convocado el
referéndum, si ahora nos traen medidas de austeridad iguales o peores que las
que rechazamos”.
A la luz de lo ocurrido en las últimas horas, es evidente
que Tsipras ha convertido el drama griego en una farsa.
La catarsis colectiva de un referéndum exprés, convocado de
madrugada sobre un plan que había dejado de estar en vigor a costa del
padecimiento de una semana de corralito por los griegos de toda condición, y
poner en peligro la temporada turística podría haberse evitado si los intereses
generales hubieran prevalecido sobre los de partido y los personales del propio
Tsipras: "Solo buscaba fortalecer su posición interna".
Tsipras y su partido, Syriza, han demostrado, con el cometa
Yanis Varoufakis a la cabeza, su amateurismo político, su incomprensión de las
complejidades del entramado político y económico de Europa y, sobre todo, que
la irresponsable manipulación de las emociones nacionales solo conduce al
fracaso y la ruina.
El Gobierno de Syriza es imprevisible y contradictorio. No tuvo
muchos escrúpulos para aliarse con la ultraderecha nacionalista en enero ni
pareció importarle consumir cinco meses jugando al ratón y al gato con Europa
mientras la situación económica y social iba deteriorándose -de una modestísima
perspectiva de mejora al final de año se pasó al colapso financiero- hasta
llegar al clímax del referéndum y salvar el cuello en el último minuto gracias
en parte, gran paradoja para el nacionalismo griego, a la presión ejercida por
EE UU sobre los europeos.
Ahora tendrá que cumplir un programa de reformas -una
palabra que aborrece la izquierda no socialdemócrata como Syriza- bajo la
atenta mirada de Occidente y empezar a cambiar la cultura de la subvención, el
clientelismo y las pequeñas corruptelas de la sociedad tradicional griega.
Gobernar la austeridad sobre un mar de frustración social y
con el apoyo imprescindible de lo que queda de las fuerzas políticas
proeuropeas que votaron sí en el referéndum.
El FMI, el BCE y la Comision Europea examinaron este viernes
los detalles de la propuesta griega y concluyeron que va por buen camino.
El agujero griego requiere 74.000 millones adicionales,
según la misma agencia, aunque puede que el rescate se quede finalmente en algo
menos.
El visto bueno de las tres instituciones conocidas como
troika era condición sine qua non para que el Eurogrupo de este sábado y la
cumbre del domingo sigan adelante con el tercer programa de ayuda.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, afirmó hoy que el
Gobierno ha hecho muchas concesiones en la propuesta enviada a los acreedores
respecto a su programa inicial, a cambio de mantener al país en el euro y
conseguir financiación, un paquete de inversiones y la reestructuración de la
deuda.
«No quiero ocultar la verdad. El acuerdo que se debatirá en
el Eurogrupo está lejos de nuestro programa», dijo Tsipras en un discurso ante
Parlamento.
Tsipras afirmó que la opción era escoger entre "lo que
tenemos y los que teníamos hace 15 días" en alusión a la propuesta que las
instituciones presentaron al Gobierno el 25 de junio, un plan que calificó de
"ultimátum" y que llevó a la convocatoria del referéndum.
El primer ministro señaló que pidió el "no" en el
referéndum del pasado domingo no para romper con los socios sino para fortalecer
la posición del Ejecutivo en las conversaciones.
"Debemos admitir por otra parte, que lo que nos piden
es difícil. Mejor que el ultimátum, pero difícil", remarcó y añadió que
ahora el país tiene "por primera vez la posibilidad de hacer desaparecer la
discusión sobre el 'grexit' (la salida de Grecia del euro)".
Explicó que con esta propuesta el Ejecutivo ha conseguido un
"programa totalmente europeo" porque implica que el Fondo Monetario
Internacional no participará, aunque proporcionará "ayuda técnica",
por lo que aseveró que "termina la troika tal y como la conocimos".
Tsipras destacó además que el plan heleno contempla una
duración de tres años, lo que "da tiempo para restablecer la
economía" e incluso avanzó su intención de que el país salga a los mercados
antes.
En comparación, dijo, el programa propuesto el 25 de junio
por los socios preveía un periodo de cinco meses.
El jefe del Gobierno griego explicó que el superávit
primario "será menor y dependerá de las capacidades de la economía" y
que con el préstamo solicitado al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)
"devolveremos los bonos del Banco Central Europeo que vencen en julio y en
agosto".
Aseguró que esto es un cambio de deuda a corto plazo en
deuda a largo plazo y corresponde a una primera reestructuración de la deuda.
"Por fin, por primera vez se discute la necesidad de
una reestructuración global de la deuda", apuntó Tsipras, que agregó que
"es posible lograr un compromiso de abrir un debate real sobre la
deuda".
Subrayó que su Ejecutivo negocia firmemente "por Grecia
y para que Europa cambie de rumbo".
"Estoy seguro de que esta semilla de democracia y de
dignidad que aportamos dará sus frutos para otros pueblos de Europa",
enfatizó Tsipras, que afirmó querer no solo permanecer en Europa, "sino
vivir y trabajar como iguales en Europa".
Fuente: Periodista Digital
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