Gloria, la película: el goce y las mujeres
X Gilda Luongo (enviada por Marcia)
Gloria no es feminista. Sin embargo, permite a las que sí lo somos mirar zonas
desmedradas para las mujeres en nuestro país y pensar críticamente acerca de
ellas. La primera es la búsqueda de goce. El filme de Lelio se esmera por hacer
ver en el personaje protagónico, estupendamente actuado por la actriz Paulina
García, una sujeto madura/mayor que no tiende a la victimización debido a su
condición de género. Encanta ver el modo en que Gloria, en su cotidiano, se las
ingenia para encontrar lugares de satisfacción: la música, el baile, la
práctica del yoga, las canciones que tararea junto al cantante de turno en la
radio mientras va a su trabajo, muy bien instalada en su auto. Claro, ella
pertenece a la clase mediera acomodada chilena, mujer de ingresos económicos
independientes. De lo contrario, muy otra sería la historia. Gloria no anda en
busca del amor romántico. Esta es una de las provocaciones más interesantes del
filme. No. Ella se quiere jugar la vida en el momento, en el instante en que
asiste a una discoteca en la que baila y comparte con gente mayor, o a las
fiestas a las que es invitada. Gloria pareciera ser superficial en ello, pero
resulta fascinante este desmontaje en una mujer mayor (la mayoría tiende al
paradigma del amor romántico aún) que ya tiene un largo recorrido por la vida
amorosa y con una separación a cuestas. Gloria pareciera no ser feminista. No
ahonda en el sobajeo acerca de la vida en su profundidad o complejidad
generizada al que nos entregamos con gozo las mujeres que sí tenemos conciencia
de la diferencia sexual. Gloria no lucha en este marco, explícitamente, para
vivir. Sin embargo, pareciera que se transforma en feminista al final del
filme. Leo esta posibilidad luego de la exquisita escena de su venganza sabrosa
cuando toma la metralleta y se arroja con ella -a punta de ráfagas de tinta de
colores- hacia la casa (pequeño infierno familiar) y el cuerpo del senil
posible amante. Este es perfilado como un hombre pusilánime que no se atreve a
tomar la mano que le ofrece Gloria. Ese gesto glorioso que le ofrece la
aventura, el disfrute, los viajes posibles, el juego sexual de distinto
formato, para los cuales el triste personaje, olvidé su nombre, no está
disponible porque permanece en el cruel y siniestro lugar del hombre protector y
proveedor. Su pequeña y gran mentira. No provee ni protege, es su simulacro
perverso. Los hombres chilenos no quedan bien parados en este filme de Lelio.
Parecen monigotes incapaces de tomar la vida en sus manos. Sólo el hijo de
Gloria simula ocupar un sitio distinto en su fragmento de paternidad activa,
pero es muy breve el espacio que el filme le da. Un segundo punto que resulta
fundamental es el vínculo de Gloria con la maternidad. Gloria no la padece, la
suelta, la deja ir. Esta experiencia es un trabajo denso para todas las
mujeres, no obstante en la protagonista del filme no se ve conectado al
desgarro ni a la depresión. Sí a la emoción. Gloria sufre la separación de su
hija e hijo por lo que tiene de vínculo amoroso construido y en lo que atañe a
la producción afectiva sexual. Una labor sin valor de cambio. No hay ninguna
moneda, ni blanda ni dura, que dé cuenta de ello. Esta es otra provocación del
filme para las mujeres: separarse del lugar maternal, dejar ir generosamente a
hijas e hijos y seguir construyendo la vida propia a riesgo de fracasar. Este
punto resulta para mi lectura feminista muy desvelador. Por último, una tercera
entrada que el filme plantea es la asunción que hace Gloria de la soledad. No
es necesario tener un hombre al lado, en el caso de las heterosexuales, para
experimentar el goce. Gloria baila sola, ya no necesita compañía y en su
coreografía de ojos grandes pareciera adquirir conciencia feminista. El filme
propone una experiencia de vida posible para las mujeres mayores de cincuenta,
esa curvatura peligrosa, y no lo hace mal. Por el contrario, lo hace de tal
modo que una queda exultante al ver el cuerpo femenino maduro en movimientos.
Un cuerpo que se sostiene por sí mismo en la búsqueda del gozo. Esto resulta
ser profundamente feminista.
Gilda Luongo, San Miguel
Critica feminista
Socia de Fondo Alquimia
Miembra del directorio SEMlac
Critica feminista
Socia de Fondo Alquimia
Miembra del directorio SEMlac
FICHA TÉCNICA DE LA PELÍCULA
TÍTULO: GLORIA
DIRECCIÓN: SEBASTIÁN LELIO
PRODUCCIÓN: PABLO LARRAÍN
GUIÓN: SEBASTIÁN LELIO - GONZALO MAZA
ACTUACIÓN: PAULINA GARCÍA - SERGIO HERNÁNDEZ - COCA GUAZZINI - ALEJANDRO GOIC - MARCIA TAGLE - FABIOLA ZAMORA - DIEGO FONTECILLA - ANTONIA SANTA MARÍA
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