Juguemos a jugar que todas somos Madres.
Dedicado a Muriel Dockendorff, desaparecida
en Chile en 1974, a los 24 años
Nací hembra. Fui hija única. Como víbora
que se atraganta con su cola,
me hice mujer. ‘Melpómene’, como decía de
mi madre, mi padre.
La diosa de todas las tragedias.
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