La niña violada debe parir
GOBIERNO SÓRDIDO E INDOLENTE
X victoria aldunate
Es sórdido y complaciente con la pedofilia declarar que una
niña de 11 años, violada y embarazada, en uno de los pocos países donde se
prohíbe el aborto en todos los casos, va a parir porque es “madura”.
Es mezquino –además de ignorante-, carente de respeto por la
vida de las niñas, que el diputado UDI, Unión Demócrata Independiente, Issa
Kort diga que “del momento que vive su primera regla… su organismo ya está
preparado…” y que Cecilia Pérez, la Vocera de Gobierno remate con que el aborto
terapéutico “no tiene nada de terapia…”… Entonces como si fuera poca la
indolencia, Piñera le solicita -por la tele- al Ministro de Salud (Jaime
Mañalich) que se ocupe “personalmente de Belén”, la niña embarazada por
violación, y el otro responde que no se preocupe el país, que si hay
complicaciones en el embarazo de esta pequeña con 14 semanas de gestación, le adelantarán
el parto…
La indolencia pública, hoy desde el E$tado antiabortista en
su turno dere$hista, sólo revela de una manera más evidente aún la misoginia
clasista de quienes desde cualquier partido o movimiento social, se oponen al
aborto.
¡Toma! ¿Te creías liberada porque vas a los pubs, no
necesitas que un marido te mantenga, hay ley de femicidio, se viene el matrimonio
gay y hay presidentas? NO, violada siempre, niña, adulta o vieja, y obligada a
parir desde que menstruas por primera vez hasta que lo hagas por última vez… después,
con una pensión mísera ya puedes dedicarte a criar las guaguas que tus hijas
parieron siendo aún adolescentes.
CUERPOS ROBADOS
No prestamos los cuerpos como dijo en su descriterio otra UDI,
la senadora Ena Von Baer en marzo 2012, NO, los E$tados, los femicidas, los
agresores y los antiabortistas se los apropian. Es un robo legal: las mujeres y
las niñas NO somos sujeto de nuestras propias vidas y destinos y estamos
obligadas a parir o no según decisión de las elites de poder. Si quieren y
cuando quieren nos esterilizan sin que consintamos, si solicitamos
esterilización nos piden permiso del marido –proceda o no-, o cumplir con una
edad determinada aunque tengamos 10 hijos ya; si se les da la gana nos dan anticonceptivos,
si no se les antoja no nos dan PAE y prohíben el Misotrol, y cuando las cosas
se les colocan al rojo vivo por algún caso de una niña embarazada -como los ha
habido años anteriores también- a cambio de votos podrían chorrearnos aborto
terapéutico…
Así mismo, las guaguas pobres están obligadas a nacer sea lo
que sea lo que les espera: abusos en instituciones del E$tado, el inmenso vacío
de un apego esquivo, vivir debajo de un puente, en un ruco, en fin, todo eso
que conocemos por experiencia íntima y/o comunitaria, quienes trabajamos y vivimos
en poblaciones y sectores rurales pobres.
QUE SI “TERAPEÚTICO” QUE SI NO…
La “Ciudadanía de las Mujeres” que manosea el reformismo es
relativa, puede haberla, siempre y cuando
no queramos decidir la reproducción en nuestras vidas. Las más empobrecidas tienen
menos chance aún de decidir absolutamente nada, ni su vida ni su útero. La
opresión de las mujeres de siglos de Patriarcado se revela más
desfachatadamente cuando gobierna la Dere$ha, sus militantes son groseros en
sus dichos, sí, pero tienen muy claro el mapa de su poder político y económico,
podrán perderse si tratan de bajar a los suburbios, pero no cuando se trata
conservar el dominio. Pero no es una lucha polar entre izquierda y dere$ha, el
Patriarcado es pre-capitalista, capitalista, socialista, post-socialista y
latinoamericanista también, por eso en este continente bautizado por el
colonialismo gobiernos que recuperan petróleo, agua, territorios, no lo hacen tampoco
para que les toque a las mujeres algo de liberación, es “para el pueblo” –dicen-
y claro, en el pueblo se incluyen “sus” mujeres y los úteros de éstas. Luego igualmente
discuten el aborto: que sí es un crimen, que si “terapéutico”, que si “legal”,
que si “despenalizado”…. La naturaleza del Patriarcado, su forma de sobrevivir,
es abusar la fuerza reproductiva y el cuerpo de las mujeres sin la más mínima
compasión. Es decir las cúpulas patriarcales de cualquier color y pelo, NO
padecen con las mujeres. Nuestro dolor o necesidades NO les incumben y nuestras
experiencias les importan sólo si sirven a sus intereses. Lo importante de un
Julian Assance por ejemplo, no es si violó o no a una joven, si no cómo su
aparición internacional fortalece al nuevo socialismo latinoamericano. Así
mismo, a la clase política $hilena, bastante menos agraciada que un Evo o un
Chavez y más evidentemente dere$hizada, le importan condicionalmente “sus”
mujeres, mientras les procuren votos, poder y prestigio. Y ellas –no
callaremos- toleran, consienten o asumen –o qué sé yo qué…-a cambio de un
estatus distinto a las demás. Las mujeres de la clase política son halagadas, preferidas
por alcahuetas y muy buenas esclavas, empoderadas, especialmente en este siglo 21
en que mujeres, “indígenas” y afro-descendientes han mostrado su inmenso potencial
político, estratégico y carismático.
¿Y EL ABORTO?
En muchas partes del mundo se entregó el aborto y el aborto
terapéutico por geopolítica, para palear la sobrepoblación mundial, porque la Salud
Pública no resiste los gastos que ocasionan las muertes y las enfermedades de
muchas mujeres con abortos clandestinos, y también por las presiones de
movimientos feministas. En los países rezagados del aborto como $hile, se enarbola
“la vida”… Pero no es una discusión sobre la calidad de vida –si miserable o
no-, si no sobre cuándo se inicia, un momento que no logran fijar: ¿Después del
apareamiento? ¿Cuando uno de los espermatozoides logra superar las barreras
del óvulo? ¿Con el ADN y la división celular? ¿Cuándo las células forman un punto?
¿Cuándo el punto se dilata y forma un huevo? ¿Cuándo el embrión se transforma
en feto?... Se elabora teóricamente un sujeto que sería más sujeto que quien lo
contiene. ¿Será porque las mujeres somos cuerpo de una manera que los hombres
no lo son? O dicho más básicamente ¿será porque las mujeres No somos hombres? Es
una discusión desde afuera.
¿Por qué no hay leyes –aunque esto pase- que obliguen
explícitamente a los hombres a sacrificar su libertad, su autodeterminación, su
vida, su destino para preservar la vida de otros? ¿Por qué seres
independientes, nacidos, sensibles forman parte de una industria de tortura
para que los humanos coman, se vistan, se maquillen? Existe objeción de
conciencia para no ir a la guerra, pero no hay objeción de conciencia para la
reproducción biológica y social.
¿Por qué a las mujeres se nos implica en que la reproducción
biológica, la reproducción social, la fuerza de trabajo cotidiano, la mano de
obra más barata que la barata, la entrega total a otros, es amor? Los trabajillos
que hacemos “por amor” subsidian del 25 al 40 por ciento del Producto Interno
Bruto de un país. A los indignados de todo el globo terráqueo nadie les ha
podido convencer de que se aguanten por amor al prójimo. A nosotras en cambio
nos dicen que hay que aguantarse de abortar por amor femenino a la vida.
La mujer no es una categoría universal, existen millones de
mujeres marcadas por diferencias de clase, raza, prácticas sexuales y de género,
edades, territorialidad, culturas. Históricamente las mujeres han abortado y
han parido según necesidades propias y colectivas, el aborto y el parto no es
una experiencia más de la humanidad en su conjunto, es antes que nada una
experiencia de las mujeres. Los que entregaron el aborto vieron que
criminalizarlo no salvaba guaguas, si no que mataba mujeres, lo que NO
entregarán nunca si nosotras no lo tomamos es la autodeterminación propia. Y es
que no es que el cuerpo sea nuestro, no, es que el cuerpo es todo lo que somos.
El cuerpo no es un instrumento, somos él, y esta existencia diversa, múltiple,
tan variada como mujeres hay es una existencia diferente, particular ¿A qué propósitos
y a qué intereses debería servir?
Mientras, una niña carga un destino que el E$tado le traza
por el sólo hecho de ser mujer y que tendrá que resolver sola con el apoyo de
otra, su abuela.
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