(Marcha del 25 de julio - Foto: Ximena Riffo) |
En La Catedral
WACHAS Y MESTIZOS QUE NO IBAN DE RODILLAS
X victoria aldunate
En chile que wachas y mestizos protesten en la
Catedral y confronten a la Iglesia Católica por su opresión y desprecio de
siglos, es peor que los partos obligados de niñas violadas sin privilegios de
clase ni raza. La pedofilia no es grave en ese edificio, la protesta popular,
sí.
Y es que cuando un país presume tanto de
civilizado pasa esto, porque la civilización es un monólogo histórico y del
cuerpo que acepta a las “conquistadas” sólo de rodillas y el día que los wachos
y mestizas gritan NO desde la propia herida colonial, hay escándalo.
Qué hipocresía decir que la Catedral es lo
mismo que dios, la virgen y las santas, si la gente les pide favores en
cualquier parte, en la calle, en la casa, sentadas en un banco de la plaza,
“favores” que por lo demás no son favores, son bienes de un pueblo y un
territorio que ellos no descubrieron ni inventaron: Salud, vivienda, trabajo
que nos escatiman.
(Grabado sobre la "conquista" española en Tawantinsuyu de Huaman Poma, inca siglo 16) |
Como el paganismo ancestral enseña, muchas le
pedirán a la misma Virgen María que les mande el amor lesbiano y de
seguro otras le rogarán no morir en el aborto o no haber quedado embarazadas en
la última cópula. Sin duda, otras maldecirán al cielo por haber sido preñadas
por un violador y no pocas andarán preguntando a los santos y a dios cómo es
que permiten que curas pedófilos abusen de los niños y niñas. Pero la Catedral
y su riqueza no es de ellos, es de unos señores con birrete –ese gorro raro-
vestidos con una túnica que simboliza un supuesto “despojamiento de toda
corrupción” y que desde un púlpito -siempre en un lugar elevado del espacio-
discursean pureza sin cuerpo. Porque justo todo lo que soy -mi cuerpo- les
parece mal. No les hemos gustado nunca. Desde el principio –hace más de
500 años- que nos miran con desprecio por la desnudez y por los dioses y las
diosas que interpelamos. Por eso decretaron deberes y prohibiciones y nos los
hicieron cumplir con fuego, sangre y amedrentamientos del infierno. Hoy
reclaman sacrilegio porque esos mismos mestizos y wachas que ellos tenían
medianamente controlados se desataron y entraron a decirles en su cara:
“¡Alejen sus rosarios de nuestros ovarios!”.
No era sólo el aborto…
…De hecho sorprende que nuestra libertad les
importe a tantos varones que intercalaban sus consignas con las feministas del
aborto. Y es que más que el aborto era todo el cuerpo indignado. Fue una
muestra más para la Institución colonial de que no nos han “conquistado”. Hemos
cedido a su matrimonio, a su bautismo y a su moral para la foto, pero no hemos
consentido en abandonar nuestras prácticas paganas: la salamanca, esa comunidad
de indias y mestizas –brujas- que fue pecado específico de estos territorios
para la Santa Inquisición. Hemos seguido abortando como lo hicimos
ancestralmente y jamás hemos renunciado a las prácticas eróticas propias, antes
diversas, hoy disidentes: las uniones libres, los "ayuntamientos con
lujuria", la sodomía que tanto los escandalizó –y les gustó-, una práctica
que se regaba por todo el continente y que llamaron “pecado nefando”. También
la "sodomía foeminariun" –femenina- o “acoplamiento torpe”, “torpe”
porque para estos santos varones si no hay falo no hay nada. Estas
denominaciones son de creatividad eclesial, los pecados y los castigos,
por siglos, se han ensañado con nosotros en cuerpo y alma –por hablar
en su jerga-. Extendiendo la fe cristiana, a las lesbianas se les azotaba, se
les exiliaba, se les perseguía, se les encarcelaba; a los sodomitas se les
quemaba, se les aperreaba, es decir se les entregaba a perros grandes y
furiosos para que los despedazaran a mordiscos; a las brujas que hacían hechizos
imposibles y abortos –entre otras medicinas- se las colgaba y quemaba en
grupo.
(Grabado sobre la "conquista" española en Abya Yala, de Theodor de Bry, holandés, siglo 16) |
El ejercicio de miles de acciones concretas
contra nuestros cuerpos desde la piadosa Iglesia Católica Apostólica Romana se
extendió por años, por siglos; el dolor de las burlas, de la negación y el
estigma sentido de “inmundas” sigue sólido: las niñas y mujeres lo vivenciamos
en partos que no queríamos, abortos miserables, abortos con posterior violación
de aborteros castigadores, insultos, malos tratos y hasta detenciones
hospitalarias por llegar de urgencia con un aborto provocado… ¿Y nosotras somos
las violentas?
(Grabado sobre la "conquista" española en Abya YalaTheodor de Bry, holandés, siglo 16) |
Y el wacherío entró a la Catedral
Lo mucho que hemos aguantado en Wallmapu exige
urgente una sanación de la luna y la tierra copulando para re-parirnos
descolonizadas de conductas del dominador, pero eso vendrá en otra etapa wacha,
porque en esta, las abortistas, las sueltas, las que salieron con domingo
siete, las que se masturban, las lesbianas, los mariquitas, los anarcos, las
encapuchadas, cual furias decidieron No ir de rodillas ni colocar la otra
mejilla. Y es que -¡mira que cosa!- queremos decidir abiertamente y no en
clandestinidad, queremos no morir en abortos miserables, queremos que nuestras
niñas no tengan que parir y destrozarse las vidas. Con útero y sin él clamamos
por el Derecho a No Nacer –consigna de la CUDS- porque ya basta de traer al
mundo guaguas que el E$tado y la Iglesia recibe con limosnas que chorrean de lo
que a ellos les sobra… ¿Y nosotros somos crueles?
Los beatos cien mil pesos piñeristas se los
pueden guardar donde sea, igual que las palabras de un misericordioso señor que
gozoso estaba en la misa esa noche y gritaba: “¡Tú tarada, no decides nada, Dios
te ordena parir!”… ¿Y nosotras somos las intolerantes?
(En la marcha del 25 de julio - foto: Ximena Riffo) |
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